Se suicida la periodista francesa Carmen Tessier

La periodista francesa Carmen Tessier se suicidó, el jueves, saltando al vacío desde un balcón de su domicilio, en el noveno piso de un edificio de Neuilly, al oeste de París, según confirmaron fuentes oficiales. Durante cerca de treinta años, a partir de la posguerra, su sección Los chismes de la comadre, en el vespertino France-Soir, fue una de las que tenía más lectores en toda la prensa francesa. Mi colega y, sin embargo, amigo fue un hallazgo de Carmen Tessier, y la frase se hizo célebre en Francia, allá por los años cuarenta.La comadre tenía un estilo ameno, i...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La periodista francesa Carmen Tessier se suicidó, el jueves, saltando al vacío desde un balcón de su domicilio, en el noveno piso de un edificio de Neuilly, al oeste de París, según confirmaron fuentes oficiales. Durante cerca de treinta años, a partir de la posguerra, su sección Los chismes de la comadre, en el vespertino France-Soir, fue una de las que tenía más lectores en toda la prensa francesa. Mi colega y, sin embargo, amigo fue un hallazgo de Carmen Tessier, y la frase se hizo célebre en Francia, allá por los años cuarenta.La comadre tenía un estilo ameno, irónico, a veces acerado, pero cuya «mala intención» era sólo relativa, sin que llegase nunca a herir ni a buscar el escándalo. Esto último la distinguía claramente de su modelo inicial, la periodista norteamericana Elsa Maxwell, cuya columna había interesado mucho al director de France-Soir, Pierre Lazareff, cuando residió en Estados Unidos.

La boda de Carmen Tessier, en 1961, con André-Louis Dubois, prefecto de Paris, le abrió todavía más grandes las puertas de la vida de la capital y amplió su red de amigos y de informadores. Carmen Tessier tuvo que dejar el periodismo por imperativos de las reglamentaciones profesionales y a causa de la edad. Los primeros ocios después de su jubilación, en 1975, le permitieron escribir un par de libros, pero luego, a medida que pasaba el tiempo, se fue encontrando cada vez más aislada, sin invitaciones y sin las llamadas telefónicas que en otro tiempo le abrumaban a menudo.

Archivado En