Cuatro muertos y tres heridos en una emboscada a fuerzas antiterroristas de la Guardia Civil

Los cadáveres de los guardias civiles Aurelio Navío Navío y Antonio Gómez Ramos, asesinados el domingo en Guipúzcoa, fueron trasladados ayer a sus localidades de origen, después del funeral celebrado en el hospital militar de San Sebastián. Mientras tanto, los cuerpos sin vida de los dos miembros del comando agresor muertos en el transcurso de la acción permanecen en el depósito del cementerio donostiarra de Polloe. Uno de los jóvenes fallecidos es Ignacio María Gabilondo, alias Agote, y el otro Carlos Lucio Fernández, de origen gallego.

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Los cadáveres de los guardias civiles Aurelio Navío Navío y Antonio Gómez Ramos, asesinados el domingo en Guipúzcoa, fueron trasladados ayer a sus localidades de origen, después del funeral celebrado en el hospital militar de San Sebastián. Mientras tanto, los cuerpos sin vida de los dos miembros del comando agresor muertos en el transcurso de la acción permanecen en el depósito del cementerio donostiarra de Polloe. Uno de los jóvenes fallecidos es Ignacio María Gabilondo, alias Agote, y el otro Carlos Lucio Fernández, de origen gallego.

Noticias facilitadas desde el hospital de la Cruz Roja de San Sebastián señalaban que los tres guardias civiles heridos de gravedad en el mismo atentado se encuentran fuera de peligro y evolucionan favorablemente de las lesiones sufridas.El violento suceso se produjo pasadas las dos de la tarde en las afueras de la villa guipuzcoana de Orio, donde un grupo indeterminado de jóvenes abrió fuego contra tres automóviles, en los que viajaban ocho miembros del Cuerpo Especial de las Unidades Antiterroristas Rurales (UAR). Los guardias civiles fueron sorprendidos eh el momento en que regresaban del polvorín de Ala, en el que habían permanecido de guardia durante veinticuatro horas hasta ser relevados por otros compañeros.

Antes de abrir fuego, el comando agresor detuvo la marcha de los vehículos lanzando tres granadas de fabricación casera que desconcertaron durante unos segundos a los guardias civiles. La metralla de estas bombas alcanzó a varios miembros del cuerpo, mientras que otros, ya fuera de los automóviles, respondieron con sus armas a la agresión.

Apostados a ambos lados de la carretera

Los miembros del comando se encontraban apostados a ambos lados de la carretera y abrieron fuego cruzado contra los vehículos en un intenso tiroteo que fue escuchado por los guardias civiles del relevo que permanecían vigilando el polvorín de la Unión de Explosivos Río Tinto. Cuando éstos llegaron al lugar, varios jóvenes integrantes del comando huían a gran velocidad en un automóvil. Ayer se pudo saber que la arenilla que se introdujo en la metralleta de uno de los guardias civiles, encasquillando el arma, impidió que éste abriera fuego contra el coche en el que se alejaban los agresores.

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Los cuerpos sin vida de los guardias civiles y de los dos miembros del comando -que llevaban chalecos antibalas- fueron trasladados en un principio a la residencia sanitaria Nuestra Señora de Aránzazu, de San Sebastián, mientras que los heridos eran conducidos al hospital que la Cruz Roja tiene en esta ciudad. En este centro sanitario ingresaron con lesiones graves los guardias civiles Francisco Villoria, Ramiro Fermeno y Jesús Díaz, que según las últimas noticias evolucionan favorablemente de las múltiples heridas sufridas.

Más tarde fue encontrado en el lugar del atentado un fusil Cetme, una escopeta Remington y tres granadas de mano de potencia limitada fabricadas con métodos rudimentarios.

Batida infructuosa

Durante toda la jornada del domingo, las fuerzas de la Guardia Civil rastrearon amplias zonas de Guipúzcoa en una operación en la que utilizaron varios helicópteros y perros policía. No obstante, fuentes oficiales señalaron que las labores de investigación no habían permitido, de momento, localizar al resto de los miembros del comando, integrado por seis jóvenes. Los agresores utilizaron para la acción un Seat 131 que habían robado a punta de pistola a las diez de la mañana en la localidad de Lasarte a Claudio Rivero, al que amenazaron de muerte si denunciaba el hecho antes de las cuatro de la tarde. Más tarde, el propietario del vehículo fue detenido por la policía, que le acusa de no haber prestado la colaboración necesaria que podría haber puesto en alerta a las FOP.

Horas después del atentado llegaban a San Sebastián el general Sáenz de Santamaría y el director general de la Guardia Civil, general Aramburu Topete, que asistieron en compañía de otras autoridades civiles y militares a los funerales celebrados ayer.

Tras los actos fúnebres, los cadáveres de Aurelio Navío Navío, de 34 años, y Antonio Gómez Ramos, de veintidós, fueron trasladados a sus localidades de origen en Torbellogo (Guadalajara) y Villa de Bos (Orense).

Gabilondo, un "duro" de ETA

En conferencia de prensa celebrada ayer en San Sebastián, el gobernador civil de Guipuzcoa, Joaquín Argote, calificó de «duro golpe para el comando agresor» la muerte de dos terroristas en el atentado de¡ domingo en Orio, en el que fallecieron además dos guardias civiles. Según el gobernador, Gabilondo era uno de los hombres más duros de ETA.

La nota oficial facilitada por el Gobierno Civil, de Guipúzcoa en torno al suceso atribuye a Gabilondo la muerte de varios agentes de las fuerzas de seguridad. Asimismo, la nota oficial dice textualmente, respecto de Gabilondo, que «toma parte en los secuestros de Arrasate y de Angel Berazadi Urbek, siendo el autor material del asesinato del mismo, acción que lleva a cabo con el resto del comando legal al que pertenece».

La identificación de los terroristas fallecidos se hizo por medio de huellas dactilares y de fotografías, remitidas por la comisaría de San Sebastián al gabinete central de identificación.

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