"No se hace nada para superar la crisis" según Aguirre Gonzalo

«Hace quince años, cuando presentamos el primer número del Anuario del Mercado Español, todo era optimismo y confianza en el desarrollo en España. Hoy es todo lo contrario. Existe un pesimismo generalizado, que acrecientan los impuestos, y lo peor es que hay un conformismo, una resignación que se traduce en no hacer nada por resolver la situación», manifestó ayer José María Aguirre Gonzalo, presidente de Banesto, en el acto de presentación del Anuario del Mercado Español de 1980.Para el presidente de Banesto, en España se ha pasado de la ilusión al desencanto, y de éste puede pasarse a la irri...

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«Hace quince años, cuando presentamos el primer número del Anuario del Mercado Español, todo era optimismo y confianza en el desarrollo en España. Hoy es todo lo contrario. Existe un pesimismo generalizado, que acrecientan los impuestos, y lo peor es que hay un conformismo, una resignación que se traduce en no hacer nada por resolver la situación», manifestó ayer José María Aguirre Gonzalo, presidente de Banesto, en el acto de presentación del Anuario del Mercado Español de 1980.Para el presidente de Banesto, en España se ha pasado de la ilusión al desencanto, y de éste puede pasarse a la irritación, «y de la irritación a la revolución no hay más que un paso».

Más adelante, el señor Aguirre Gonzalo manifestó su voluntad de revolverse contra la situación y ser optimista, para recordar a continuación lo que él haría si fuera Gobierno: primero, aumentar la masa monetaria en términos reales («que es algo más que elevar al 18% el crédito al sector privado. Esto, si se cumple, es importante, pero no es suficiente»); segundo, propulsar la construcción como sector «locomotora» que arrastre a los demás sectores («la construcción pública fue, el año pasado, en términos reales, un 55% de la de 1971, y este año puede ser la mitad»); tercero, que se suprima la indisciplina laboral («en un país donde nadie se atreve a dar una orden ni a la chacha, surge la dictadura»), y, cuarto, fomentar la tecnología y la investigación («que actualmente son un desastre»).

Terminó su intervención relativa a la situación económica general, que estuvo plagada de críticas al Gobierno y anécdotas humorísticas, apelando a la necesidad de elevar la moral de los empresarios, que está muy deprimida, y recordando que la crisis va a ser larga.

Sobre el anuario de 1980 destacó el extenso y profundo estudio económico que se ha hecho de las autonomías, que supone el primer gran banco de datos para estudiar las peculiaridades económicas y de consumo a nivel regional y de autonomías.

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