El ala derecha del laborismo británico pierde una batalla por el control del partido

Por primera vez en la historia del laborismo británico, el sucesor de James Callaghan como líder del partido puede ser elegido por una comisión colegiada, y no sólo por los diputados laboristas de la Cámara de los Comunes, como ha ocurrido hasta ahora.

La propuesta, que deberá ser aprobada por el congreso anual laborista del próximo otoño, fue adoptada en una reunión de una comisión de encuestas sobre la constitución del partido labolista, celebrada el pasado fin de semana, y constituye un hito más en la actual disputa entre las alas izquierda y derecha del laborismo para hacerse co...

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Por primera vez en la historia del laborismo británico, el sucesor de James Callaghan como líder del partido puede ser elegido por una comisión colegiada, y no sólo por los diputados laboristas de la Cámara de los Comunes, como ha ocurrido hasta ahora.

La propuesta, que deberá ser aprobada por el congreso anual laborista del próximo otoño, fue adoptada en una reunión de una comisión de encuestas sobre la constitución del partido labolista, celebrada el pasado fin de semana, y constituye un hito más en la actual disputa entre las alas izquierda y derecha del laborismo para hacerse con el control.

Callagham y el vicelíder laborista, Michael Focit, defendieron en la conferencia la necesidad de mantener la situación actual, en virtud de la cual el líder del partido es elegido por lo que en Inglaterra se conoce por el partido parlamentario, es decir, los diputados laboristas representados en el Parlamento de Westminster. Pero ante el temor que la izquierda, encabezada por Tony Benn y Erie Heffer, sacase una propuesta más radical de que el líder fuera elegido por la conferencia anual laborista, decidieron apoyar una propuesta de compromiso, sometida por los representantes sindicales a favor de que la elección del líder sea decidida por una especie de «comisión colegiada».

Esta comisión estaría compuesta por un 50% de diputados laboristas, un 25 % de representantes de las secciones locales del partido o distritos electorales y el último 25% por delegados de los sindicatos. Una de las consecuencias de esta propuesta, si consigue ser aprobada en el congreso anual, es que las posibilidades de que Callaghan sea sucedido por un moderado, como Denis Healey, se verán reducidas considerablemente, ante la enemiga de los sindicatos al ex ministro de Hacienda, laborista, por su inflexible política salarial durante el último Gobierno.

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