Gente

Los londinenses

que paseaban anteayer por el barrio de Knightsbridge, una de las zonas comerciales más exclusivas de la capital británica, creyeron por un momento que estaban en una selva africana. Un grupo de jóvenes, ataviados como conviene en los safaris, oteaban el horizonte equípados con todos los elementos que podían hacer más eficaz su busqueda. Lo que trataban de encontrar estos extraños personajes no eran animales, en verdad, sino pieles de animales convertidas en bolsos de señora y otros objetos extraídos de las es pecies abatidas en selvas y mares Los jóvenes, disfrazados de ex ploradores de intrín...

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que paseaban anteayer por el barrio de Knightsbridge, una de las zonas comerciales más exclusivas de la capital británica, creyeron por un momento que estaban en una selva africana. Un grupo de jóvenes, ataviados como conviene en los safaris, oteaban el horizonte equípados con todos los elementos que podían hacer más eficaz su busqueda. Lo que trataban de encontrar estos extraños personajes no eran animales, en verdad, sino pieles de animales convertidas en bolsos de señora y otros objetos extraídos de las es pecies abatidas en selvas y mares Los jóvenes, disfrazados de ex ploradores de intríncados bos ques, se situaron frente a Harrod's, los famosos almacenes de Londres, donde se venden, entre otras cosas, pieles de especies en peligro de extinción. La acción forma parte de una campaña de la organización Amigos de la Tierra, que trata de conseguir que las autoridades británicas impidan la importación de los mencionados artículos.

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