Los beneficios del Banco Urquijo se incrementaron en un 15,7% en 1979

El beneficio neto correspondiente al ejercicio de 1979 del Banco Urquijo se elevó a 2.209,4 millones de pesetas, un 15,76% superior al obtenido el año anterior. En el reparto de estos resultados a los que hay que sumar las 948,5 mil pesetas de remanente del ejercicio anterior se destinarán 1.517,5 millones a dividendo activo, 444,6 millones a impuestos, 180 millones de pesetas a reserva legal, 68 millones a reserva voluntaria, y las 192.000 pesetas restantes pasarán como remanente.

Las amortizaciones del ejercicio se elevaron a 2.106, 7 millones de pesetas, la dotación de fondos de auto...

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El beneficio neto correspondiente al ejercicio de 1979 del Banco Urquijo se elevó a 2.209,4 millones de pesetas, un 15,76% superior al obtenido el año anterior. En el reparto de estos resultados a los que hay que sumar las 948,5 mil pesetas de remanente del ejercicio anterior se destinarán 1.517,5 millones a dividendo activo, 444,6 millones a impuestos, 180 millones de pesetas a reserva legal, 68 millones a reserva voluntaria, y las 192.000 pesetas restantes pasarán como remanente.

Las amortizaciones del ejercicio se elevaron a 2.106, 7 millones de pesetas, la dotación de fondos de autoseguro ascendió a 1.191 millones, mientras que los fallidos sin previsiones dotadas se limitaron a trece millones de pesetas, y las pérdidas en la venta de valores fueron de 37,4 millones.Jaime Carvajal, presidente del Urquijo, le definió como un banco «al por mayor» o de negocios, y que cuenta con una amplia tradición liberal.

Esta consideración del banco «al por mayor» aporta algunas de las características singulares de la entidad, tales como el elevado coste de sus recursos, que se establece en tomo al 9,88%, frente al 6,6% del resto de la banca mixta. Esta misma condición de banco industrial le lleva a ser un tomador activo del interbancario.

La razón de los beneficios del Urquijo, a pesar de que su margen financiero es sensiblemente inferior al del resto de sus compañeros de sector, es lo escaso de sus gastos generales.

Uno de los temas que vienen siendo más controvertidos en su actividad es su elevado endeudamiento por la vía de bonos de caja. Representantes de la entidad reconocieron que en el período comprendido entre 1980 y 1982, la cuota de amortización anual de los bonos emitidos alcanzará los 4.000 millones de pesetas al año. Por contra, sus estimaciones de crecimiento del pasivo se cifran en 25.000 millones de pesetas al año, con lo que esperan poder realizar estas amortizaciones sin problemas. El banco piensa además solicitar autorización a su junta general de accionistas para emitir 50.000 millones de pesetas, en nuevos bonos de caja.

La razón para estas operaciones es que al no ser computables para los coeficientes de inversión obligatoria de la banca, los bonos son considerados como un producto interesante y rentable por los administradores de la entidad. El presidente además de sumarse con moderación a las demandas sobre la supresión de las inversiones obligatorias para la banca, tal y como hoy las entiende la autoridad monetaria, se refirió a la necesidad de apoyar sólo a los sectores que presenten unas condiciones de rentabilidad objetiva aceptables, por lo que en ningún momento han sido desechadas las posibilidades de abandonar algunas de sus participaciones industriales.

Los recursos ajenos del banco se incrementaron a lo largo del año 1979 en un 18,2%, practicamente igual al de la media de la banca nacional.

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