860 millones, beneficio del Banco Popular durante el primer trimestre

«Son necesarias inversiones crecientes, que deben financiarse con un ahorro mayor y con criterios de austeridad en el consumo», afirma el secretario general del Banco Popular, Manuel Martín, en una carta informativa presentada ayer a los medios informativos en Barcelona. La carta va acompañada del balance trimestral del citado banco, a 31 de marzo, que indica un beneficio neto libre de impuestos de 860 millones de pesetas.

«El bienestar social», manifiesta también Manuel Martín, «no se puede seguir confundiendo con un creciente nivel de vida material. España, escasa en recursos ener...

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«Son necesarias inversiones crecientes, que deben financiarse con un ahorro mayor y con criterios de austeridad en el consumo», afirma el secretario general del Banco Popular, Manuel Martín, en una carta informativa presentada ayer a los medios informativos en Barcelona. La carta va acompañada del balance trimestral del citado banco, a 31 de marzo, que indica un beneficio neto libre de impuestos de 860 millones de pesetas.

«El bienestar social», manifiesta también Manuel Martín, «no se puede seguir confundiendo con un creciente nivel de vida material. España, escasa en recursos energéticos y materias primas, tiene que aceptar como colectivo social la pérdida real que supone una mayor transferencia de la producción interna al exterior, para un volumen de aprovisionamiento dado. Todo intento de un grupo social de no aceptar esa pérdida y compensarla con incrementos de renta y salarios monetarios, conducirá inexorablemente a un círculo vicioso de mayor inflación y paro. Por tanto, es necesario utilizar mecanismos distintos de las presiones salariales para conseguir la redistribución deseada de las rentas.

La carta-informe pone especial relieve en la utilización del sector público. «La traducción práctica de la responsabilidad del sector público», afirma, «no puede descansar, por el momento, en una permanente polémica doctrinal sobre el papel que le corresponde jugar en el quehacer económico. Hay que partir de situaciones de hecho e intentar racionalizar al máximo su actuación. El nivel del gasto público está condicionado en las circunstancias presentes por un alto grado de rigidez, tanto por lo que respecta a los gastos de personal, como de bienes y servicios o de transferencias corrientes. Pero ello no quiere decir que no exista una clara capacidad de maniobra en su actuación, tendente a lograr un aceptable grado de eficacia».

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