Guardia civil asesinado en el interior de un autobús

Un comando integrado por tres personas -con toda probabilidad de ETA Militar- asesinó ayer al guardia civil Rufino Muñoz Alcalde en el interior de un autobús de línea San Sebastián-Fuenterrabía que aquél había tomado en la capital guipuzcoana. Un policía nacional Hipólito Rodríguez, que Viajaba junto a su esposa, se abalanzó sobre uno, de los asaltantes, Francisco Javier Aranzeta Eguizábal, quien resultó muerto al disparársele su propia arma. El policía nacional, resultó herido por disparos de los otros miembros del comando. El atentado se produjo alrededor le las dos menos cuarto de la tarde....

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Un comando integrado por tres personas -con toda probabilidad de ETA Militar- asesinó ayer al guardia civil Rufino Muñoz Alcalde en el interior de un autobús de línea San Sebastián-Fuenterrabía que aquél había tomado en la capital guipuzcoana. Un policía nacional Hipólito Rodríguez, que Viajaba junto a su esposa, se abalanzó sobre uno, de los asaltantes, Francisco Javier Aranzeta Eguizábal, quien resultó muerto al disparársele su propia arma. El policía nacional, resultó herido por disparos de los otros miembros del comando. El atentado se produjo alrededor le las dos menos cuarto de la tarde. !loco antes, el guardia civil Rufino Muñoz había tomado en San Sebastián el autobús de la empresa Interbus para dirigirse a su domicilio de Fuenterrabía, como hacía habitualmente al terminar el servicio en la comandancia del cuerpo, donde se encontraba destinado. En el alto de Gaintxurizketa, situado en el término municipal de Oyarzun, entre Rentería y Fuenterrabía, subieron al autobús tres hombres. Poco después de reanudarse la marcha, los recién llegados blandieron tres pistolas, con las que dispararon a bocajarro sobre el guardia civil, que se encontraba en la parte delantera del vehículo, hablando con el conductor. Rufino Muñoz se desplomó, sangrando en abundancia, y resultó muerto en el acto.Los tres miembros del comando ordenaron entonces al conductor que parase el autobús, y comenzaron a descender apresuradamente Cuando lo estaba haciendo el último de ellos, un policía nacional que viajaba de paisano, fuera de servicio y en compañía de su esposa, se abalanzó sobre el supuesto etarra desde los asientos traseros del autobús, forcejeando con él para tratar de detenerle. En la pelea con Francisco Javier Aranzeta según fuentes oficiales, el policía nacional, que iba desarmado, le aplicó una llave de judo sobre la muñeca de la mano derecha, en la que aún conservaba la pistola. A consecuencia de esta circunstancia la pistola del presunto militante di ETA se disparó, destrozándole e corazón.

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El comando intentó llevarse del autobús el cadáver del etarra muerto

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Durante el forcejeo, los otros dos miembros del comando dispararon contra el policía nacional, que recibió cuatro balazos, dos en el tórax, otro en la muñeca izquierda y el cuarto en la cabeza, aunque este último sólo le produjo una rozadura.

Los dos compañeros de Francisco Javier Aranzeta trataron inicialmente de recoger su cuerpo para llevárselo consigo, pero desistieron al comprobar que pesaba excesivamente. El policía nacional Francisco Rodríguez se había dejado caer sobre el cadáver del presunto militante de ETA militar, quedándose inmóvil. Los dos miembros del comando debieron creer que estaba muerto y emprendieron la huida en un automóvil Seat 124 de color rojo, de cuya matrícula la policía sólo conocía el primer y el último numero, un 3 y un 2.

El conductor del autobús, una vez restablecida relativamente la calma entre los escasos viajeros, se dirigió al puesto de la Cruz Roja de Rentería, donde atendieron al policía nacional herido, que fue internado más tarde en la residencia sanitaria de la Seguridad Social Nuestra Señora de Aránzazu, en San Sebastián. La herida de mayor consideración es el balazo de la muñeca izquierda, que rompió varios huesos.

Francisco Javier Aranzeta, presunto militante liberado de ETA militar, contaba 36 años, había nacido en Elgueta (Guipúzcoa) y se había acogido en 1976 al decreto de amnistía. Sin embargo, residía al otro lado de la frontera del Bidasoa. El año pasado, las autoridades francesas le habían negado la carta de refugiado político. En sus bolsillos se encontraron un cargador de pistola, con balas del calibre 9 milímetros Parabellum, marca FN, y un documento nacional de identidad y otro de conducir, ambos falsos, a nombre de José Manuel Pineda Gabiaraín, de veinticuatro años, químico.

El guardia civil Rufino Muñoz Alcalde, de cuarenta años, era natural de Fresno del Río (Burgos). Estaba casado, al parecer con una vasca, y tenía tres hijos. La capilla ardiente quedó instalada en el hospital militar de San Sebastián, donde hoy tendrá lugar el funeral, antes de que sus restos mortales sean trasladados a su localidad natal para recibir sepultura.

A última hora de la tarde de ayer se celebraba en Elgueta una asamblea para tratar de la muerte de Francisco Javier Aranzeta. Algunos piquetes estaban recorriendo la localidad para pedir a comercios y bares que cerraran sus puertas.

El presidente Suárez envió un telegrama de pésame a la familia del guardia civil muerto, que ha sido condecorado a título póstumo. Al policía Hipólito Rodríguez le ha sido concedida la medalla de plata al mérito policial.

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