Cartas al director

Kramer contra Cavero

Me pregunto yo, ciudadano de bono-bus: ¿han visto nuestros ilustres diputados la película Kramer contra Kramer? En caso negativo, les recomiendo que vayan a verla. En caso afirmativo, ¿les ha hecho alguna mella en sus sentimientos? En caso negativo, pienso que necesitan una cura de sensibilidad. En caso afirmativo, ¿han cambiado su opinión favorable al divorcio? En caso negativo, ¡no sé qué más quieren! En caso afirmativo, ¿votarán no a la ley Cavero? En caso negativo, mal andamos de autenticidad. En caso afirmativo, que sea así, aunque se necesita mucha valentía, porque les van a poner...

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Me pregunto yo, ciudadano de bono-bus: ¿han visto nuestros ilustres diputados la película Kramer contra Kramer? En caso negativo, les recomiendo que vayan a verla. En caso afirmativo, ¿les ha hecho alguna mella en sus sentimientos? En caso negativo, pienso que necesitan una cura de sensibilidad. En caso afirmativo, ¿han cambiado su opinión favorable al divorcio? En caso negativo, ¡no sé qué más quieren! En caso afirmativo, ¿votarán no a la ley Cavero? En caso negativo, mal andamos de autenticidad. En caso afirmativo, que sea así, aunque se necesita mucha valentía, porque les van a poner de reaccionario! para arriba.Porque, efectivamente, se necesita ser valiente para defender la indisolubilidad del matrimonio, «caiga quien caiga», pero compensa defender la verdad a dejarse arrastrar por una moda facilona. Porque ser partidario del divorcio es ponerse en la ola de la moda, no es otra cosa, no existe ningún argumento consistente y serio para defenderlo, mientras que la estabilidad del matrimonio es algo más que una moda, desde siempre, desde la misma naturaleza del hombre, esto es una verdad. Y argumentos que así lo demuestran hay bastantes; solamente hay que leer los diarios: los hay publicados de todos los estilos y de todos los colores. Hasta una película. No sé qué más necesitan los partidarios del divorcio para apearse de sus opiniones. ¿Quizá un método para aprender a leer?/

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