El vicepresidente Abril, centro de la lucha por la remodelación del Gobierno

La crisis -o remodelación- del Gobierno que desde hace varios días viene anunciándose puede resolverse finalmente el próximo lunes, tras la reunión que celebrará la comisión permanente de UCD ese día. Según diversos medios, la lucha se centra alrededor de la figura del vicepresidente Fernando Abril, al que se desea incluso desplazar de la dirección de la economía, y tiene numerosas conexiones con las tensiones que se registran ante el segundo congreso centrista, que se celebrará en otoño, y los trabajos para su preparación.

De acuerdo con esto, Fernando Abril sería partidario de una cri...

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La crisis -o remodelación- del Gobierno que desde hace varios días viene anunciándose puede resolverse finalmente el próximo lunes, tras la reunión que celebrará la comisión permanente de UCD ese día. Según diversos medios, la lucha se centra alrededor de la figura del vicepresidente Fernando Abril, al que se desea incluso desplazar de la dirección de la economía, y tiene numerosas conexiones con las tensiones que se registran ante el segundo congreso centrista, que se celebrará en otoño, y los trabajos para su preparación.

De acuerdo con esto, Fernando Abril sería partidario de una crisis muy limitada, con los corrimientos ya anunciados de José Pedro Pérez-Llorca, para encargado de las autonomías, pero sin el control de los gobernadores civiles; Rafael Calvo Ortega en la cartera de Presidencia, y Gerardo Harguindey como ministro de Trabajo. A esto podría añadirse otro desplazamiento, que consistiría en el cese de Antonio Ibáñez Freire como ministro del Interior, cargo que podría ocupar Jesús Sancho Rof, mientras para la cartera de Obras Públicas, que ocupa éste, es candidato José Luis Alvarez, democristiano y ex alcalde de Madrid.Frente a esto, varios sectores enfrentados con Abril desean que la crisis se amplíe hasta significar un cambio sustancial de la dirección política y económica del país. Ello implicaría el desplazamiento del vicepresidente segundo de las responsabilidades económicas -que reclaman para sí los socialdemócratas- y la plena competencia de Pérez-Llorca en la política de construcción del Estado. De cualquier modo, la crisis se resolverá entre estos dos límites, y seguramente durante este fin de semana.

Por otro lado, tras la permanente de UCD, se reunirán el comité ejecutivo y el consejo político del partido, todo ello en poco más de una semana. De estas reuniones debe salir perfilado el reglamento que regirá el próximo congreso de UCD, previsto para octubre, y que será determinante de su desarrollo.

Así, varios sectores del partido, disgustados con la concentración de poder en pocas manos, están tratando de evitar unas normas que podrían dar lugar a un congreso excesivamente controlado. Al parecer, la dirección del aparato desearía reducir sensiblemente el número de delegados y reelegir a los miembros de las asambleas provinciales que deben nombrarlos.

No se descarta, a la vista de la situación, un acuerdo entre los distintos sectores del partido, desde conservadores a progresistas, para hacer frente al entramado oficial.

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Editorial en página 8

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