Cartas al director

Partido Carlista

El tratamiento dado por su diario al abandono por parte de Carlos Hugo de Borbón de su militancia en el Partido Carlista puede inducir a alguna confusión. Sería tan absurdo aferrarse a una vegetativa subsistencia testimonial, como lo es pensar que el abandono por parte de un puñado de ex dirigentes -ni todos ni la mayoría- puede matar las ideas que dieron vida a una corriente de opinión. Y una de las notas que definen esa corriente es, precisamente, la abominación de los cuadros: si alguien, dentro del Partido Carlista, pretendiese ser considerado como cuadro, ese tal quedaría, de inmediat...

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El tratamiento dado por su diario al abandono por parte de Carlos Hugo de Borbón de su militancia en el Partido Carlista puede inducir a alguna confusión. Sería tan absurdo aferrarse a una vegetativa subsistencia testimonial, como lo es pensar que el abandono por parte de un puñado de ex dirigentes -ni todos ni la mayoría- puede matar las ideas que dieron vida a una corriente de opinión. Y una de las notas que definen esa corriente es, precisamente, la abominación de los cuadros: si alguien, dentro del Partido Carlista, pretendiese ser considerado como cuadro, ese tal quedaría, de inmediato, descalificado. No han sido cuadros los que han mantenido el carlismo en sus 150 años de historia, ni son los cuadros quienes le pueden extender el certificado de defunción. Quien podría hacerlo, el congreso, único órgano soberano del partido, reunido hace sólo tres meses, se ratificó -sin discrepancias ni «tendencias»- en los postulados ideológicos, al tiempo que apostaba por su viabilidad. La definición ideológica, por tanto, y contra lo que su información del día 28 podía dar a entender, sigue siendo socialista, autogestionaria y federalista, y, naturalmente, no plantea cuestiones dinásticas. Añado que ya en el momento de celebrarse el congreso, ninguno de los «dirigentes y cuadros» citados por EL PAIS ocupaba cargos de responsabilidad, y que ninguno de los que entonces fueron elegidos ha abandonado ahora el partido.(militante del Partido Carlista)

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