Acoso español

«Al hilo de la sesión que el Consejo de Europa celebrará en Lisboa el próximo día 10, el ministro español de Asuntos Exteriores se entrevistará con su homólogo, el secretario del Foreign -Office. Tema de este encuentro, convenido y concertado previamente, será la cuestión de Gibraltar, y no por espontáneo ofrecimiento y abierta disposición británica, sino por acoso y requerimiento expreso de Marcelino Oreja (...).Negociación, diálogo operante y progresivo, es lo que la ONU ha resuelto exigir a Gran Bretaña, repetidas veces en la pasada década, sobre la cuestión de Gibraltar. Negociación, natur...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

«Al hilo de la sesión que el Consejo de Europa celebrará en Lisboa el próximo día 10, el ministro español de Asuntos Exteriores se entrevistará con su homólogo, el secretario del Foreign -Office. Tema de este encuentro, convenido y concertado previamente, será la cuestión de Gibraltar, y no por espontáneo ofrecimiento y abierta disposición británica, sino por acoso y requerimiento expreso de Marcelino Oreja (...).Negociación, diálogo operante y progresivo, es lo que la ONU ha resuelto exigir a Gran Bretaña, repetidas veces en la pasada década, sobre la cuestión de Gibraltar. Negociación, naturalmente. con España, no con los gibraltareños. que no pueden alzarse como sujetos de autodeterminación por dos sólidas y fundamentales razones: porque los vecinos de la colonia no son el pueblo. de Gibraltar -como muy bien puntualizó el señor Yáñez en su memorable y patriótica intervención durante el último Pleno del Congreso- y porque aun en el caso de que lo fueran, el supuesto derecho suyo a autodeterminarse habría de ceder al derecho de la nación española a su integridad territorial.

No sabemos qué ánimo final es el que lleva a los británicos a este próximo encuentro de Lisboa entre lord Carrington y Marcelino Oreja. Si por su gusto fuera -tan dado a dormitar en cualquier inercia, a vararse en toda tradición, buena o mala-, los ingleses resolverían el encuentro de Lisboa en la enésima larga cambiada a la exposición por de frente de las razones españolas(...).

Nada veríamos con más satisfacción ni aplaudiríamos con mayor gusto que una muestra sustantiva por parte británica de que están dispuestos a negociar y a resolver el contencioso gibraltareño. Satisfacción por la esperanza cierta de que una herida secular iba a cerrarse, y aplauso, por la apertura que ello supondría a la necesaria colaboración hispano-británica. Que conviene tanto a Londres como a Madrid y que necesita Europa para su interno equilibrio.»

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

2 de abril

Archivado En