Asesinan a un abogado confundiéndole con Max Mazin

Un joven de origen aparentemente palestino está siendo interrogado por la policía como presunto autor de la muerte del abogado Adolfo Cotelo, de cincuenta años, asesinado ayer a tiros cerca de su casa, en la calle de Eduardo Dato, de Madrid. Según todos los indicios, el abogado, gerente de una casa, de doblaje de películas, pudo ser confundido con el empresario judío español Max Mazin, que reside en el mismo edificio que el asesinado.

Poco después del asesinato, ocurrido pasados unos minutos de las nueve de la mañana, dos policías nacionales vestidos de paisano capturaron cerca del luga...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Un joven de origen aparentemente palestino está siendo interrogado por la policía como presunto autor de la muerte del abogado Adolfo Cotelo, de cincuenta años, asesinado ayer a tiros cerca de su casa, en la calle de Eduardo Dato, de Madrid. Según todos los indicios, el abogado, gerente de una casa, de doblaje de películas, pudo ser confundido con el empresario judío español Max Mazin, que reside en el mismo edificio que el asesinado.

Poco después del asesinato, ocurrido pasados unos minutos de las nueve de la mañana, dos policías nacionales vestidos de paisano capturaron cerca del lugar a un joven de apariencia árabe armado con una metralleta de las del tipo marietta y una granada de mano. En la pensión donde se alojaba el joven fue encontrado posteriormente un pasaporte extendido en el sultanato de Omán a nombre de Saíd Alí Salman. Dentro del pasaporte, la policía encontró una fotografía del empresario Max Mazin, lo que, unido al origen aparentemente palestino del supuesto asesino, avala la tesis del asesínato por error que la policía comenzó a manejar momentos después del asesinato.El señor Cotelo fue asesinado en el interior de su automóvil, un Seat 131 familiar de color blanco, en el que llevaba a dos de sus hijas menores al colegio, después de oír misa en una iglesia cercana a su casa. Cuando se encontraba parado ante un semá Foro en rojo, a pocas decenas de metros de su domicilio, un joven de aspecto árabe vestido con una gabardina blanca introdujo una metralleta por la ventanilla opuesta a la del conductor e hizo varios disparos que alcanzaron en la cabeza y otras partes del cuerpo al señor Cotelo. Una de las niñas, María Teresa, de siete años de edad, resultó alcanzada por varios cristales en la cara, uno de los cuales le produjo una cortadura en la córnea. La otra niña escapó corriendo hacia su casa.

El abogado asesinado era cuñado del ex ministro de Agricultura Virgilio Oñate Gil y de Eugenio Fontán, presidente de la Sociedad Española de Radiodifusión (SER). Familiares del señor Cotelo mostraron desde el primer momento su extrañeza por el atentado y negaron cualquier filiación política de la víctima.

Tras condenar el atentado, la oficina en Madrid de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) manifestó a última hora de la tarde que el asesinato pudiera haber sido contratado por «alguna parte» para perjudicar su causa en Europa. La OLP añadió que no tiene «interés alguno en matar a Max Mazin».

Página 15

Editorial en página 10

Archivado En