Los socialistas hacen público su programa económico

Los problemas derivados del tránsito de un Estado centralizado al nuevo Estado de las autonomías y la profunda democratización de los aparatos del Estado, así como la lucha contra el parocomo manifestación máxima de la injusticia e irracionalidad de¡ sistema capitalista, son los principales obstáculos para la consolidación de la democracia, paso previo a la consecución de una política económica socialista, o política de progreso al servicio de las clases populares, tal como la define el objetivo de la Estrategia Económica Socialista, cuyas líneas maestras fueron presentadas anoche a la prensa....

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Los problemas derivados del tránsito de un Estado centralizado al nuevo Estado de las autonomías y la profunda democratización de los aparatos del Estado, así como la lucha contra el parocomo manifestación máxima de la injusticia e irracionalidad de¡ sistema capitalista, son los principales obstáculos para la consolidación de la democracia, paso previo a la consecución de una política económica socialista, o política de progreso al servicio de las clases populares, tal como la define el objetivo de la Estrategia Económica Socialista, cuyas líneas maestras fueron presentadas anoche a la prensa. El programa económico socialista, largamente elaborado por el PSOE en las últimas semanas, fue presentado anoche a los medios informativos por el equipo de economistas del partido.Según se señala en la introducción del plan, detallado a lo largo de más de 140 folios, la política socíalista en el campo económico tiende a la cobertura de dos objetivos: un objetivo de clase, con el progresivo favorecimiento de las clases dominadas frente a las dominantes, y un objetivo nacional, en un intento de evitar que en la nueva división internacional de trabajo que a consecuencia de la crisis se está produciendo España se configure como un país cada día más pobre y dependiente. El programa económico del PSOE parte de la aceptación de una situación de crisis y renuncia a lo que califica de ajuste coyuntural carente de objetivos, para «encauzar la economía dentro de un programa donde aparezcan con nitidez los fines que el país pretende alcanzar y los esfuerzos que tales finalidades exigen ».«Las negociaciones entre centrales sindicales y patronales deben ser, en las circunstancias actuales, un elemento fundamental de esta estrategia», señala el documento socialista, que insiste en la necesidad de conseguir cotas elevadas de democracia industrial, a través tanto de un marco de relaciones laborales acorde con nuestro grado de desarrollo político y económico como de la acción sindical para la defensa de los intereses de los trabajadores y como vehículo de participación en las decisiones económicas que les afectan, dentro y fuera de la empresa.

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La política económica del PSOE exige la previa consolidación de la democracia

(Viene de primera página)

Como uno de los instrumentos fundamentales de la política económica socialista se señala la planificacion concertada y se insiste en que la misma, entendida como un proceso político de reducción de incertidumbres, no suprime el mercado. Las líneas fundamentales de dicha planificación pasan por la definición de los objetivos fundamentales de evolución de la economía a medio plazo, con una cuantificación del producto social y del alcance de la actuación del sector público. En este sentido, el documento socialista señala determinadas carencias en el actual sistema estadístico, por lo que propugna la autonomía del Instituto Nacional de Estadística frente al poder ejecutivo y sugiere la existencia de un Consejo Estadístico, con representación de centrales, empresarios, universidades y consumidores, para las tareas de control de las estadísticas.

En este marco, el instrumento básico de concertación, información y negociación debería ser el Consejo Económico y Social.

El problema energético ocupa uno de los capítulos del programa socialista y en él se desvincula la demanda energética del crecimiento económico, al tiempo que se propugna un programa de concentración de empresas y penetración progresiva del capital público en el sector energético. En el sector eléctrico se señala como imprescindible la nacionalización de la red de alta tensión, y en el sector de hidrocarburos se apunta la conveniencia de fusionar todas las empresas públicas del sector en un ente nacional de hidrocarburos adscrito al INI.

En cuanto a la energía nuclear, el documento dedica diecisiete líneas, en las que se recuerta la incertidumbre sobre su futuro y reitera la postura socialista de oponerse a la operatividad de las centrales ya existentes y las que se encuentran en construcción hasta tanto no se determine la idoneidad de sus emplazamientos y condiciones de seguridad por parte de un Consejo de Seguridad Nuclear independiente de la Administración. La financiación de las autonomías y de los ayuntamientos ocupa también una extensa parte del documento socialista. Tres grandes fuentes se señalan para la financiación de las autonomías: impuestos cedidos, porcentaje de participación en la recaudación de los impuestos estataies no cedidos y recursos propios de cada comunidad autónoma.

En cuanto a los ayuntamientos, se señala la conveniencia de que actúen como promotores de viviendas, entre otros aspectos de la económica local, de la que deben participar.

El documento socialista se completa con sendos capítulos dedicados al sector público, reforma fiscal, equipamientos colectivos y el empleo como prioridad irrenunciable, y se cierra con unos criterios generales sobre reestructuración industrial y agrícola, acerca de los cuales se afirma que «el PSOE está decidido a apoyar una: política de acuerdos de planificación sectorial de los que salga el abanico definitivo de sectores de crecimiento».

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