Küng compara su caso con el de Galileo

Hans Küng, el teólogo suizo condenado por «desprecio al magisterio de la Iglesia», desafió ayer una orden vaticana que le prohíbe enseñar y pronunció una conferencia de noventa minutos, varias veces interrumpida por aplausos y vítores de unas 2.000 personas concentradas en la Universidad de Tubinga (Alemania Occidental).Küng había declarado previamente: «No soy hereje», «no me he negado al diálogo» y «seguiré cumpliendo mi deber como teólogo católico». Fuentes universitarias aseguran que Küng tiene intención de continuar en su cátedra hasta que reciba aviso oficial de despido del Gobierno de B...

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Hans Küng, el teólogo suizo condenado por «desprecio al magisterio de la Iglesia», desafió ayer una orden vaticana que le prohíbe enseñar y pronunció una conferencia de noventa minutos, varias veces interrumpida por aplausos y vítores de unas 2.000 personas concentradas en la Universidad de Tubinga (Alemania Occidental).Küng había declarado previamente: «No soy hereje», «no me he negado al diálogo» y «seguiré cumpliendo mi deber como teólogo católico». Fuentes universitarias aseguran que Küng tiene intención de continuar en su cátedra hasta que reciba aviso oficial de despido del Gobierno de Baden-Württenberg, su patrono, formado por democristianos.

El polémico teólogo ha declarado que la condena de Roma se ha producido «de manera absolutamente sorpresiva», «con carácter de nocturnidad» y «con procedimientos inquisitoriales».

Küng ha pedido al papa Juan Pablo II que se forme una comisión internacional de teólogos que entienda el caso (cerrado por parte de la curia romana). Y ha añadido: «Me avergüenzo de que mi Iglesia repita conmigo el error cometido con Galileo, al poco de haber rehabilitado a éste. »

Cuatro profesores alemanes, entre ellos dos teólogos católicos, han anunciado la formación de un comité para la defensa de los derechos cristianos en la Iglesia. Y han atacado a la Santa Sede diciendo que la Iglesia «está muy lejos de su frecuentemente proclamado objetivo de garantizar los derechos en su propio territorio».

Páginas 27 a 30

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