Cartas al director

Tomás Moro y el divorcio

El epíscopado católico español ha cometido una grave agresión contra quienes no comulgamos con él: ha negado solemnemente nuestro derecho al divorcio. Con ello -según su ideología- declara el deber de los católicos de perseguir nuestro derecho. Más aún: explícitamente sostiene que un gobernante católico no puede admitir un divorcio consensual. Con lo cual todo católico o debe retirarse de la política democrática para no conculcar este derecho (que en España, según las encuestas, reclama la gran mayoría de la población) o, intervenir para acabar con esa democracia que lleva a conculcar «...

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El epíscopado católico español ha cometido una grave agresión contra quienes no comulgamos con él: ha negado solemnemente nuestro derecho al divorcio. Con ello -según su ideología- declara el deber de los católicos de perseguir nuestro derecho. Más aún: explícitamente sostiene que un gobernante católico no puede admitir un divorcio consensual. Con lo cual todo católico o debe retirarse de la política democrática para no conculcar este derecho (que en España, según las encuestas, reclama la gran mayoría de la población) o, intervenir para acabar con esa democracia que lleva a conculcar «derechos naturales».El negarse por comodidad o cobardía a reconocer la gravedad de esta agresión antidemocrática, tan opuesta, por no ir más lejos, a la práctica de la Iglesia católica en otros países, contribuiría a continuar esa escalada emprendida hacia otra cruzada religiosa.

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