Los trabajadores del grupo Mundo rechazan el "plan Auger"

Los trabajadores del grupo Mundo decidieron ayer desconvocar la huelga legal prevista para hoy, pronunciarse en favor de la negociación con su empresa y evitar tomar una postura sobre si aceptaban de entrada o no la reestructuración, propuesta por la dirección, que implica el despido de una cuarta parte de los casi seiscientos trabajadores del grupo. Por su parte, la empresa emitió un comunicado por el cual se reiteraba en su postura de solicitar el cierre legal de sus cuatro diarios, por considerar que los trabajadores no habían aceptado su propuesta de reestructuración. En principio, dic...

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Los trabajadores del grupo Mundo decidieron ayer desconvocar la huelga legal prevista para hoy, pronunciarse en favor de la negociación con su empresa y evitar tomar una postura sobre si aceptaban de entrada o no la reestructuración, propuesta por la dirección, que implica el despido de una cuarta parte de los casi seiscientos trabajadores del grupo. Por su parte, la empresa emitió un comunicado por el cual se reiteraba en su postura de solicitar el cierre legal de sus cuatro diarios, por considerar que los trabajadores no habían aceptado su propuesta de reestructuración. En principio, dichos diarios tampoco saldrán hoy a la calle.En la mañana de ayer tuvo efecto una asamblea de trabajadores del grupo, en el auditorio del Club Mundo. Se trataba esencialmente de responder al dilema planteado por el empresario del grupo, Sebastián Auger, quien en escrito público, difundido por sus periódicos el sábado, había centrado la cuestión en la aceptación o rechazo por parte de los trabajadores de un proceso de reestructuración del personal con el despido de una cuarta parte de la plantilla.

Llevada a cabo una votación secreta con presencia de dos notarios, las opiniones de los 554 trabajadores presentes se expresaron de la siguiente manera: 244 escribieron la palabra «negociación» en la papeleta de voto, 160 se pronunciaron a favor de la reestructuación, tres se opusieron a la misma y diecinueve trabajadores se abstuvieron.

Poco después, la empresa emitía un comunicado afirmando que consideraba rechazada su propuesta. «La aparición de una tercera respuesta», manifestaba, «no puede ser aceptada en esta fase, que ya era decisoria, y por ello la empresa mantiene en su postura inicial que implica proceder a tramitar legalmente el cierre.»

Los trabajadores consultados afirmaron que para ellos la negociación que proponían debía implicar la ausencia de despidos. Pero, en cambio, admitan diversos tipos de control de la productividad y racionalización del trabajo. Agregaron que Sebastián Auger había manifestado a los reunidos en asambleas que agradecería que votaron no, por cuanto que la falta de apoyos y razones familiares le incitaban al cierre.

Tanto los trabajadores como medios financieros ajenos al grupo coincidían en señalar que la base del problema no es de orden laboral, sino que proviene de la enorme carga financiera que debe soportar el grupo. La multiplicación de los periódicos y los altos vuelos del grupo no se corresponderían con sus posibilidades. Por lo menos, dos diarios del grupo no están sometidos a control de la OJD, lo cual podría indicar que su difusión era muy limitada.

Después de varios intentos fallidos, un redactor de este diario pudo hablar por teléfono con Sebastián Auger, quien facilitó alguna información, pero no autorizó a que sus pocos comentarios fuesen citados, remitiéndose a la nota oficial de la empresa, en la que se afirma el deseo de ir al cierre.

Por otra parte, la Federación del Papel, Artes Gráficas y Comunicación Social de CCOO ha hecho público un comunicado identificándose plenamente con la propuesta de negociación de la coordinadora de comités de empresa del grupo Mundo, defendida como expresión de voto en el referéndum, frente a la falsa alternativa de Sebastián Auger de «cierre de las empresas o reestructuración obligada de plantillas».

La central considera inaceptables los argumentos de Auger para justificar la situación del grupo en base a la prácticas asamblearias de sus trabajadores, invitándole a afrontar la situación con criterios de responsabilidad empresarial y sindical.

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