Tribuna:

Saporta, adiós

Raimundo Saporta no ha ido a Zurich a la reunión de la FIFA porque no se considera presidente del Comité Organizador del Mundial 82. Raimundo Saporta ha cumplido ya su misión con el envío al organismo internacional del preceptivo cuestionario respecto a las exigencias mínimas de un evento de este tipo.En la respuesta a la FIFA, hecha en tres idiomas, y que transmitirá Pablo Porta, no hay temas de índole política, en los cuales el comité mundialista ni entra ni tiene por qué entrar. El puente sobre el Ebro que pide el alcalde de Zaragoza, la emisión de deuda pública lograda por el alcalde de Va...

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Raimundo Saporta no ha ido a Zurich a la reunión de la FIFA porque no se considera presidente del Comité Organizador del Mundial 82. Raimundo Saporta ha cumplido ya su misión con el envío al organismo internacional del preceptivo cuestionario respecto a las exigencias mínimas de un evento de este tipo.En la respuesta a la FIFA, hecha en tres idiomas, y que transmitirá Pablo Porta, no hay temas de índole política, en los cuales el comité mundialista ni entra ni tiene por qué entrar. El puente sobre el Ebro que pide el alcalde de Zaragoza, la emisión de deuda pública lograda por el alcalde de Valladolid, las municipalizaciones que piden en Oviedo, el olvido que, según el senador por Albacete señor Delgado, se ha cometido con su región y la modificación de una tribuna de Riazor con fines electoralistas no figuran en el último papel elaborado por Saporta.

Saporta ha dicho que se va y mantendrá su decisión. Ha aceptado el papel de víctima; la que el Gobierno puede ofrecer al PSOE como presente. La ratificación del Gobierno y la hasta probable declaración favorable que pueda emitir la FIFA sobre su persona no van a variar la postura adoptada.

Saporta ha librado la primera batalla mundialista y su derrota debe servir para que quien le suceda tenga un papel menos conflictivo. A partir del lunes, sobre el cadáver de Saporta se intentará el consenso.

El futuro presidente podría ser uno de los actuales miembros del comité. Quien suceda a Saporta tendrá a su favor el no ser el autor de la designación de las sedes, cuyo número, a causa de presiones múltiples, tuvo que ser excesivo. Intentar complacer a todos ha sido la causa principal de la pelea.

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