La crisis del petróleo es de disponibilidad, no de recursos

«El problema del petróleo y, en definitiva, el de la energía no es de escasez de recursos, sino que está centrado en la actual estrategia de la OPEP. Vamos a una crisis de disponibilidad, no hacia un problema real», afirmó el profesor de la Universidad de Ginebra Emilio Fontela, en el acto de presentación de su trabajo «El petróleo y la situación energética mundial», que se ha publicado en la revista Argus, de la Banca Garriga Nogués.Con respecto a las reservas y recursos petrolíferos, el profesor Fontela sostiene que ninguna de las grandes fuerzas directamente interesadas en el tema -país...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

«El problema del petróleo y, en definitiva, el de la energía no es de escasez de recursos, sino que está centrado en la actual estrategia de la OPEP. Vamos a una crisis de disponibilidad, no hacia un problema real», afirmó el profesor de la Universidad de Ginebra Emilio Fontela, en el acto de presentación de su trabajo «El petróleo y la situación energética mundial», que se ha publicado en la revista Argus, de la Banca Garriga Nogués.Con respecto a las reservas y recursos petrolíferos, el profesor Fontela sostiene que ninguna de las grandes fuerzas directamente interesadas en el tema -países productores, compañías petrolíferas, grandes consumidores- quieren reconocer que existen aún grandes reservas de petróleo. En opinión del profesor, existen recursos petrolíferos para cien años aún, manteniendo el actual precio de veinte dólares el barril. De subir este precio, los recursos aún serían mayores.

«Los primeros estudios efectuados por la OPEP en 1974, afirmó Emilio Fontela, «indicaban que los precios del petróleo iban a bajar en los próximos años. Por ello, Henry Kissinger dijo que había que fijar un precio mínimo para el petróleo de siete dólares por barril.» Pero, en cambio, la actual estrategia de la OPEP es la de saltos bruscos del precio del petróleo, para disminuir el precio después del salto y así crear una sensación de alivio que neutraliza o disminuye el deseo de buscar programas energéticos.

El gran problema de los incrementos de precio del petróleo sería para la OPEP -organización para la cual Fontela ha efectuado diversos trabajos- la posibilidad de llegar, previsiblemente en la década de los ochenta, al precio de treinta dólares por barril, importe igual al que actualmente resultan los petróleos no convencionales.

«El plan Carter, muy superior al de Edward Kennedy, desde un punto de vista económico, muestra que Estados Unidos ha comprendido», afirmó Fontela, «que su mejor solución son los petróleos no convencionales, es decir, los combustibles líquidos, lo cual puede dar a dicho país, a finales de siglo, un total predominio a nivel mundial en el campo de la energía.

En cambio, para Europa, a corto plazo, la única posibilidad sería, según la misma fuente, la energía nuclear; pero ello no bastaría. Sería preciso un acuerdo con los países de la OPAEP (Organización de Países Arabes Exportadores de Petróleo). Ello implicaría también contraprestaciones políticas, ya que los países árabes obran en numerosos casos movidos por el conflicto palestino. Este segundo aspecto sería capital, ya que, «por más energía que haya, y en uranio los recursos son menores que en petróleo, nadie va a lograr la total independencia de los combustibles líquidos».

Archivado En