Defensa civil

Abc

«El Parlamento no puede dilatar por más tiempo la elaboración de un texto legal, incomprensiblemente inexistente en España: la ley de defensa civil. ( ... ) Vivimos tiempos en los que no es moralmente lícito dejar nada a la improvisación. Las servidumbres del progreso hay que asumirlas con firmeza. No es traducible a los términos actuales de locales públi cos, viviendas, zonas de recreo y montes comunales, por situar con estos ejemplos el riesgo más evi dente, la normativa. contra incendios que en la dispersa reglamentación municipal cuadricula la geografla española con bando...

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«El Parlamento no puede dilatar por más tiempo la elaboración de un texto legal, incomprensiblemente inexistente en España: la ley de defensa civil. ( ... ) Vivimos tiempos en los que no es moralmente lícito dejar nada a la improvisación. Las servidumbres del progreso hay que asumirlas con firmeza. No es traducible a los términos actuales de locales públi cos, viviendas, zonas de recreo y montes comunales, por situar con estos ejemplos el riesgo más evi dente, la normativa. contra incendios que en la dispersa reglamentación municipal cuadricula la geografla española con bandos que se superponen, licencias de apertura, nunca con los mismos requisitos, y demás informalidades que configuran una confusa predicación de dictámenes sujetos por demás a las mil corruptelas que han ido degradando la función tutelar de algunos ayuntamientos.

Las juntas de Defensa Civil, reliquia de una España con menos millones de habitantes y con más bajo nivel de vida, pueden inspirar nuevamente la organización ciudadana para los casos de siniestro y catástrofe. Pero ello requiere la sanción en forma de ley de una norma de carácter superior que responsabilice a la ciudadanía en sus obligaciones colectivas y arme a la autoridad de un instrumento para poder exigirlas. ( ... ) Esta ley de Defensa Civil que invocamos desde el convencimiento de su utilidad pública; esa ley urgente que debe pasar como el rayo por las Cortes; esa ley de todos y para todos, debe articular con duros enjuiciamientos los casos flagrantes de provocación de incendios, nueva modalidad de terrorismo forestal que reduce a cenizas nuestros montes. De alguna forma, el criminal impulso que genera el fuego en el bosque está atentando contra la vida misma de los españoles. El equilibrio ecológico sufre con estos actos de salvajismo. ( ... )»

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22 de agosto

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