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El periodista español estaba sentado, harto de ver que nada pasaba en Dublín. En el hall del hotel, a.su lado, un hombre con gafas, de aspecto cansado, con aire solitario, compartía su aburrimiento, aunque en su caso parecía que esperaba, vagamente, que algo ocurriera. Por allí pasaron, como en una sucesión rutilante, Charlotte Rampling y Philippe Noiret, que rodaban una película en Irlanda. El hombre cansado no se inmutó; siguió mirando, indiferente, hacia sus dedos larguiruchos, flacos. En esto, sonó la voz de la telefonista del hotel. «Señor Peter O'Toole, al tel...

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El periodista español estaba sentado, harto de ver que nada pasaba en Dublín. En el hall del hotel, a.su lado, un hombre con gafas, de aspecto cansado, con aire solitario, compartía su aburrimiento, aunque en su caso parecía que esperaba, vagamente, que algo ocurriera. Por allí pasaron, como en una sucesión rutilante, Charlotte Rampling y Philippe Noiret, que rodaban una película en Irlanda. El hombre cansado no se inmutó; siguió mirando, indiferente, hacia sus dedos larguiruchos, flacos. En esto, sonó la voz de la telefonista del hotel. «Señor Peter O'Toole, al teléfono, por favor.» El hombre cansado se despojó de sus gafas, alisó su chaqueta, se levantó y se dirigió a la cabina. De pie ya era Peter O'Toole.Ese ser de aspecto cansado, Peter O'Toole, el gran actor irlandés, está desde ayer más oficialmente solo.

La corte judicial inglesa pronunció la sentencia de divorcio que desune su matrimonio con la también actriz Sian Phillips. Los dos se casaron en Dublín, en 1959. Vivían separados desde hace dos años. Tienen dos hijas, de dieciséis y de diecinueve año

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