Cartas al director

Cambió de sexo y no puede cambiar de nombre

Hace ya dos años un compatriota residente en Francia me encomendó su caso, que le resumo a continuación.Nacido hace 48 años, manifiesta que, «para su desgracia, ha nacido hombre, con características femeninas, deseando desde pequeño ser mujer, sintiéndose tal espiritualmente». Sigue diciendo que «ha tenido que aprender para comportarse como hombre por su familia, porque no le ha gustado que le humillen ni que le llamen marica y por temor al trato que reciben los homosexuales». En su intento «de ser hombre» ha llegado «hasta a casarse y tener dos hijas». Termina diciendo: «Toda mi vida he guard...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Hace ya dos años un compatriota residente en Francia me encomendó su caso, que le resumo a continuación.Nacido hace 48 años, manifiesta que, «para su desgracia, ha nacido hombre, con características femeninas, deseando desde pequeño ser mujer, sintiéndose tal espiritualmente». Sigue diciendo que «ha tenido que aprender para comportarse como hombre por su familia, porque no le ha gustado que le humillen ni que le llamen marica y por temor al trato que reciben los homosexuales». En su intento «de ser hombre» ha llegado «hasta a casarse y tener dos hijas». Termina diciendo: «Toda mi vida he guardado para mí este secreto, hasta esperar que mis hijas sean mayores para decidirme a comportarme como mujer y someterme a una operación de cambio de sexo». Las consecuencias de todo ello son varias: como emigrante, sus papeles corresponden a un varón, sus características son femeninas y no encuentra trabajo. Interiormente, la frustración de no alcanzar la plena identificación con su natural inclinación. Y socialmente, el repudio y menosprecio de quienes conocen sus circunstancias.

Lo que realmente choca en este caso es que se trata de un simple trabajador (lejos, por tanto, del frívolo ambiente artístico, donde se dan con cierta frecuencia estas situaciones, a las que se rodea, cuando son tratadas, más de morbosa curiosidad que de análisis serio de sus porqués y de sus consecuencias) que además se aferra a su españolidad, renunciando a adquirir la nacionalidad francesa, que le permitiría una más fácil solución a su problema.

Su deseo no es otro que, documentalmente, aparecer como mujer y poder vivir en paz. El ordenamiento español, muy restrictivo, no permite en estos supuestos modificar el sexo identificador de las personas. Se intenta entonces conseguir el cambio de su nombre propio original por el que viene utilizando en su vida diaria, con el que se le conoce, y que admite doble acepción masculina-femenina (en concreto, Asunción). En tal sentido inicia un expediente gubernativo, en el que su mujer e hijas no se oponen al cambio. Llega el expediente a nuestro Ministerio de Justicia, donde aún no se ha resuelto formalmente, pero prácticamente se sabe que la petición será denegada, por cuanto estima dicho ministerio que el nombre propuesto constituye una «advocación mariana» propio tan sólo para identificar a mujeres, y ello podría inducir a confusión en cuanto al sexo.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Qué duda cabe que la cuestión no es sencilla ni frecuente. Pero estimo que los poderes públicos están ahí para dar soluciones a las necesidades de los ciudadanos. Mantener a esta persona en su situación actual le conduciría a la marginación y desesperación. Reconocer lo que es una realidad, aunque sea una solución parcial, puede proporcionarle el alivio de no tener que andar justificando en todo momento sus actos, en lucha permanente.con tabúes y creencias que sabemos son las menos de las veces sinceras y las más acomodaticias, cuando no hipócritas. Permítase en cada caso que las personas vivan con arreglo a su ser y sentir, cuando se haga ordenadamente y sin perjuicio a terceros, como en este caso.

No pretendo con estas líneas sino llamar la atención de quienes nos consideramos normales, a fin de que se vaya creando un estado de opinión favorable a ocuparse y tratar de encontrar soluciones válidas para quienes, para su desgracia, se encuentran en esferas inhabituales a las que con excesiva facilidad nos permitimos calificar de anormales.

Archivado En