Anulaciones de viajes a España tras las últimas acciones de ETA

Las amenazas lanzadas por la organización terrorista ETA contra los turistas franceses que visiten España, unido a la explosión del pasado miércoles en Fuengirola, han sembrado la inquietud en los medios turísticos españoles, que temen por las repercusiones negativas de hechos como este en vísperas de las vacaciones de verano. La prensa francesa y británica lleva varios días refiriéndose a dicho tema y han comenzado a producirse anulaciones de billetes reservados para vacaciones en España. ETA anunció ayer en Bayona (Francia) que hoy estallarán tres, bombas en distintos puntos de la costa medi...

Las amenazas lanzadas por la organización terrorista ETA contra los turistas franceses que visiten España, unido a la explosión del pasado miércoles en Fuengirola, han sembrado la inquietud en los medios turísticos españoles, que temen por las repercusiones negativas de hechos como este en vísperas de las vacaciones de verano. La prensa francesa y británica lleva varios días refiriéndose a dicho tema y han comenzado a producirse anulaciones de billetes reservados para vacaciones en España. ETA anunció ayer en Bayona (Francia) que hoy estallarán tres, bombas en distintos puntos de la costa meditarránea española, aunque «avisarán antes» a las autoridades locales de los lugares afectados.

Costa del Sol. A la sorpresa ante las primeras noticias de la presencia terrorista de ETA en la Costa del Sol -informa nuestro corresponsal, Joaquín Marín- ha seguido la indignación de la opinión pública malagueña, que es especialmente sensible a todo cuanto pueda dañar a la primera industria de la provincia. Esta preocupación es constatable no sólo en los ambientes empresariales turísticos, sino también en los laborales, puesto que los trabajadores de la hostelería malagueña saben bien que sólo perjuicios para ellos pueden derivarse de la aparición del terrorismo en la zona.Poco después de la explosión ocurrida el miércoles en el complejo PYR, de Fuengirola, varias familias que allí estaban alojadas hicieron sus maletas y regresaron a sus países respectivos. No tardaron en conocerse las primeras reacciones de algunas agencias, que anunciaron su propósito de reconsiderar sus programas turísticos con destino a la Costa del Sol.

A su vez, el Ayuntamiento de Fuengirola aprobó por unanimidad un comunicado de condena al acto terrorista, en el cual se hace constar «nuestra indignación, desprecio y repulsa hacia los autores de tan criminal atentado contra la paz, la libertad y la convivencia pacífica de España», y se pide una campaña de promoción de la Costa del Sol.

Gran Bretaña. Miles de turistas británicos que pensaban pasar sus vacaciones en España han decidido cambiar de planes y se dirigen ahora a otros países mediterráneos, según informa nuestro corresponsal, Carlos Mendo. Según un informe publicado en Londres, los tour operators británicos se están viendo obligados a vender los pasajes en los vuelos charter entre Inglaterra y España al ridículo precio de diecinueve libras (unas 2.600 pesetas), ¡da y vuelta, e incluso a ese bajo precio se están encontrando serias dificultades para colocarlos.

Los responsables de los tour operators habían previsto un año record en la venta de billetes y plazas hoteleras de la Costa del Sol y de la Costa Brava; pero parece que desde la huelga registrada en el sector de la hostelería malagueña la pasada Semana Santa los turistas británicos han cambiado sus preferencias por temor a nuevas huelgas durante este verano. Indudablemente, las noticias de la explosión de Fuengirola y el artefacto descubierto en Torremolinos, ampliamente difundidas por los medios de comunicación de este país, no contribuirán a remediar la situación.

Francia. «Cuando se acercan las vacaciones, una advertencia que debe tomarse en serio: los turistas franceses amenazados en España por los terroristas de ETA.» Así reza un titular, a toda la primera plana, del diario Popular perteneciente al grupo Hersant, el trust más poderoso de la prensa francesa, que se supone respaldado por los líderes máximos de la mayoría gubernamental y al que pertenece también el diario Le Figaro.

Según informa nuestro corresponsal, Feliciano Fidalgo, varias agencias de viajes, interrogadas por EL PAIS, coincidieron en señalar que «hay que esperar algunos días para pronunciarse con certeza». Pero estos medios, como otros representativos de las finanzas españolas en Francia, también interrogados sobre el asunto, se mostraron inquietos. «Al margen del peligro que puedan representar las amenazas de ETA para los franceses que piensan pasar sus vacaciones en España, es palpable el esfuerzo que desarrollan los franceses contra el turismo en España, y esto no sólo en alguna prensa, sino a nivel administrativo», declaró un alto responsable de los intereses económicos españoles en París.

Por lo que concierne al resto de la prensa parisiense, también informa ampliamente sobre el tema ETA-turismo, pero en un tono diferente, resaltando que la ofensiva de ETA militar contra los intereses y turistas franceses en España se debe al rigor de las autoridades de París con los refugiados vascos, a quienes se les ha suprimido el estatuto de exiliados políticos desde el mes de enero.

Sobre este punto, nada indica que París esté dispuesto a ceder frente a los militantes de ETA en Francia, mientras estos últimos, según declaraciones recogidas por medios informativos franceses, tampoco darán marcha atrás.

País Vasco. Por otra parte, la Consejería de Turismo del Consejo General Vasco ha difundido un comunicado en el que denuncia las amenazas de ETA militar a los turistas franceses, calificándolas de «intolerables e insolentes», y agrega: «Estas amenazas pueden conducir al sector a un callejón sin salida. »

El titular de dicha Consejería, Jaime Mayor, mantuvo ayer una reunión con los representantes del sector hotelero de la provincia de Guipúzcoa -informa nuestro corresponsal, Patxo Unzueta-, en la que mostró su inquietud por el tono sensacionalista de las informaciones sobre psicosis de miedo entre los franceses, al mismo tiempo que reconoció que la situación es «muy preocupante».