Los votantes socialistas, proclives a un pacto con el presidente Giscard d'Estaing

El 52% de los electores del Partido Socialista francés desearía que este partido concluyera una alianza con el giscardismo y no con el Partido Comunista, como ha venido ocurriendo durante los últimos años. Esta revelación de un sondeo de la opinión pública, realizado, además, por cuenta del diario prosocialista Le Matin, ha caído como una bomba cargada de interrogaciones en el mundo político-periodístico francés.

Según la encuesta citada, el 52% de los franceses que declaran van a votar socialista en consulta europea del próximo 10 de junio afirman que serían favorables a una...

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El 52% de los electores del Partido Socialista francés desearía que este partido concluyera una alianza con el giscardismo y no con el Partido Comunista, como ha venido ocurriendo durante los últimos años. Esta revelación de un sondeo de la opinión pública, realizado, además, por cuenta del diario prosocialista Le Matin, ha caído como una bomba cargada de interrogaciones en el mundo político-periodístico francés.

Según la encuesta citada, el 52% de los franceses que declaran van a votar socialista en consulta europea del próximo 10 de junio afirman que serían favorables a una evolución del PS tendente a la conclusión de una alianza con el partido Unión por la Democracia (UDF), inspirado por el presidente Valery Giscard d'Estaing. Dichos electores estiman esto preferible a la alianza tradicional con los comunistas que, en el último congreso del Partido Socialista del pasado mes de abril, fue oficializada como estrategia para el futuro. Por otra parte, el 69% de los franceses que, en la misma elección europea, van a votar por el giscardismo, según el sondeo referido, aprueban esa eventual alianza Giscard-socialistas. Y el 32% del electorado gaullista también ofrece el visto bueno a lo que, en definitiva, constituiría una nueva mayoría en Francia.

Como era de esperar, el giscardismo ha visto con satisfacción, en la «sensatez» de los franceses una ilustración clara de lo que constituye el meollo de la estrategia del presidente: arrinconar al ultragaullismo y al comunismo para crear una socialdemocracia a la francesa.

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