Cartas al director

El reglamento de autoescuelas

En el verano de 1978 se publicó el reglamento por el que tienen que regirse las autoescuelas. Este reglamento estaba ya elaborado en el año 1975 y, por no haber intervenido las partes interesadas en su confección, fue motivo de discordia. La Asociación de Trabajadores consiguió paralizarlo, con la promesa, por parte de la Administración, de negociar y estudiar un reglamento que recogiera las aspiraciones de toda la profesión. Tales promesas no se cumplieron y en nada hemos tenido intervención. Cogiéndonos desprevenidos, la Administración lo publicó el 28 de julio de 1978. ¿Con qué fin?Esta aso...

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En el verano de 1978 se publicó el reglamento por el que tienen que regirse las autoescuelas. Este reglamento estaba ya elaborado en el año 1975 y, por no haber intervenido las partes interesadas en su confección, fue motivo de discordia. La Asociación de Trabajadores consiguió paralizarlo, con la promesa, por parte de la Administración, de negociar y estudiar un reglamento que recogiera las aspiraciones de toda la profesión. Tales promesas no se cumplieron y en nada hemos tenido intervención. Cogiéndonos desprevenidos, la Administración lo publicó el 28 de julio de 1978. ¿Con qué fin?Esta asociación, enterada de los manejos de unos cuantos señores, realizó las gestiones oportunas haciendo una enérgica protesta, por niedio de la asamblea, en la que se tomaron una serie de acuerdos, entre ellos la realización de ulhos paros intermitentes en la zona de examen y, por supuesto, la impugnación de tan descabellado reglamento.

Fuimos llamados por la Administración (subsecretario del Ministerio del Interior) y en varias reuniones mantenidas en el despacho del director general de Tráfico llegamos a unos acuerdos, de los cuales los principales y más polémicos se basaban en: terrenos obligatorios, directores y derechos de los profesores (que también los tenemos y no sólo obligaciones y responsabilidad).

Conseguimos la promesa del director general de Tráfico de modificar estos puntos más urgentes del tan descabellado reglamento, y empezar a elaborar otro que estu

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viese actualizado y favoreciese a la profesión. Y cuál es nuestro asombro cuando vuelve a salir publicado, el día 25-IV-79, en el BOE número 99, las convocatorias para ejercer como director, basándose en el reglamento que fue causa de impugnación.

Nosotros estimamos que este reglamento debe modificarse, precisamente, por lesionar nuestros intereses profesionales, y pedimos, como así lo expusimos a la Administración, que aquellos profesionales que están ejerciendo la profesión durante diez, quince o veinte años, en justicia, puedan pasar a dirigir un centro, sin perjuicio de que tengan que asistir a un curso de actualización, porque estimamos que será en beneficio de la enseñanza; no como ahora, que, en muchísimos casos, el director de una autoescuela no tiene nada que ver con la enseñanza y se limita a tener alquilada su autorización, sin aparecer por el centro y sí encareciendo la enseñanza con sus exigencias económicas. ¿Cuánto tiempo tendremos que seguir soportanto estas anomalías?

(Presidente de la Asociación Profesional de Trabajadores y Técnicos de Autoescuelas)

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