El videodisco

En cualquier tienda de discos, de fotografía y hasta en las librerías o en los quioscos se podrá adquirir un disco para reproducir en el televisor programas de televisión, películas de cine de ficción, documentales y todo tipo de información audiovisual. El videodisco en la versión Thomson-CSF -según los portavoces de esta firma francesa que presentaron su último modelo en el MIP-TV 79 celebrado en Cannes- estaría pronto para ser comercializado en el mercado internacional dentro de cinco años.El videodisco está a punto de revolucionar la comunicación audiovisual, y todo hace suponer que ganará...

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En cualquier tienda de discos, de fotografía y hasta en las librerías o en los quioscos se podrá adquirir un disco para reproducir en el televisor programas de televisión, películas de cine de ficción, documentales y todo tipo de información audiovisual. El videodisco en la versión Thomson-CSF -según los portavoces de esta firma francesa que presentaron su último modelo en el MIP-TV 79 celebrado en Cannes- estaría pronto para ser comercializado en el mercado internacional dentro de cinco años.El videodisco está a punto de revolucionar la comunicación audiovisual, y todo hace suponer que ganará la batalla al vídeo (tanto al magnetoscopio profesional como al magnetoscopio de cassette, o videocassette, que reproducen las imágenes en banda magnética) por sus inferiores costos de producción y la facilidad de duplicación, a partir de una matriz de níquel (y otros metales) y por un procedimiento similar a los discos gramofónicos del, que se obtendrían sobre plástico blando y transparente tantas copias como se desean.

En cada cara del disco (protegido por una cápsula transparente para evitar el contacto directo y deterioro), con un diámetro de treinta centímetros y grosor estándard, se pueden grabar hasta 45.000 imágenes o fotogramas que son leídas ópticamente por un diodo de láser a la velocidad de veinticinco imágenes por segundo, 1.500 revoluciones por minuto, y una duración de treinta minutos por cara. Existen también otras versiones de videodisco (desde los primeros experimentos de Telefunken, en 1971, hasta los de Philipps, MCA y RCA, con lectura mediante aguja de diamante), que esperan una homologación internacional. El videodisco, a diferencia de las imágenes en soporte magnético, es una «memoria muerta» sobré la que no se pueden borrar y grabar nuevas imágenes. Sin embargo, en la versión Thomson, y mediante un mando a distancia acoplado al aparato reproductor y al televisor es posible acelerar y ralentizar las imágenes (hasta un fotograma cada cinco segundos), que permite componer y descomponer el movimiento de las imágenes a placer. Cada una de las 45.000 imágenes está codificada en dígitos con su número correspondiente. Automáticamente, en el peor de los casos en una fracción de dos segundos, es posible pasar, por ejemplo, del fotograma 1.514 al 39.8117. Hecho que permite una lectura y selección rapidísima, editar el propio programa o analizar a moviola una película de cine. El videodisco dispone además de dos bandas de sonido diferentes que pueden ser memorizadas digitalmente. Este nuevo soporte audio-visual permitirá tener acceso a una videoteca y filmoteca personal, se aplicará a la informática (en una cara es posible archivar diez billones de bits o unidades elementales de información) y tenerla microfilmación de un superlibro de 45.000 páginas por cara.

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