El PSOE convocará a los nuevos ayuntamientos para ratificar el Estatuto
Los candidatos socialistas que sean elegidos concejales el 3 de abril en el País Vasco se concentrarán en Vitoria el domingo día 8 para ratificar el proyecto de Estatuto de Autonomía aprobado por la Asamblea de Parlamentarios el 29 de diciembre pasado. Posteriormente, el PSOE convocará a los alcaldes y concejales electos miembros de otros partidos o coaliciones para que, en reuniones separadas por cada provincia, se pronuncien a favor o en contra de dicho proyecto.El anuncio, claramente destinado a contrarrestar la campaña de Herri Batasuna contra el Estatuto, fue hecho el domingo, en un acto ...
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Los candidatos socialistas que sean elegidos concejales el 3 de abril en el País Vasco se concentrarán en Vitoria el domingo día 8 para ratificar el proyecto de Estatuto de Autonomía aprobado por la Asamblea de Parlamentarios el 29 de diciembre pasado. Posteriormente, el PSOE convocará a los alcaldes y concejales electos miembros de otros partidos o coaliciones para que, en reuniones separadas por cada provincia, se pronuncien a favor o en contra de dicho proyecto.El anuncio, claramente destinado a contrarrestar la campaña de Herri Batasuna contra el Estatuto, fue hecho el domingo, en un acto celebrado en Zumaya (Guipúzcoa) por el secretario general del PSOE en Euskadi, Txiki Benegas. «Si Herri Batasuna no acepta esta convocatoria -dijo Benegas-, es que no acepta la democracia dimanada de las elecciones municipales.» La alusión hace referencia a la propuesta de Herri Batasuna de convocar una asamblea popular en base a los resultados de las eleciciones municipales que elabore tun estatuto alternativo al de la Asamblea de Parlamentarios. La legitimidad de este último es impugnada por la coalición abertzale, por considerar que las elecciones del 15 de junio, en base a las que se configuró la Asamblea de Parlamentarios que redactó el texto, no fueron democráticas.
El dirigente socialista planteó el dilema actual de Euskadi como «el Estatuto o el caos», ya que, dijo, «se trata de la última esperanza que queda para normalizar la vida política vasca».