Tribuna:SPLEEN DE MADRID

La Cibeles en llamas

No ha terminado aún el waterloo/watergate electoral, no han retirado aún, los hombres grises del Ayuntamiento (a los que predica Tierno la buena nueva de Hegel en horas de recogida), no han terminado, digo, de leyantar los caballos de batalla, de retirar los muertos por un voto, que se marchan a casa por su pie, de barrer la sonrisa de Suárez, abierta en mil palomas de Correos, cuando ya la derecha derechista suelta el nuevo clarín ante la Historia:-¡Alto ahí con las municipales! ¡Madrid va a caer en manos de un Ayuntamiento marxista!

Y lo dicen y lo escriben con ta...

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No ha terminado aún el waterloo/watergate electoral, no han retirado aún, los hombres grises del Ayuntamiento (a los que predica Tierno la buena nueva de Hegel en horas de recogida), no han terminado, digo, de leyantar los caballos de batalla, de retirar los muertos por un voto, que se marchan a casa por su pie, de barrer la sonrisa de Suárez, abierta en mil palomas de Correos, cuando ya la derecha derechista suelta el nuevo clarín ante la Historia:-¡Alto ahí con las municipales! ¡Madrid va a caer en manos de un Ayuntamiento marxista!

Y lo dicen y lo escriben con tan bélicos párrafos que no parece sino que un Ayuntamiento minusmarxista o vicesocialista (que es lo más que podríamos tener), sea cosa así como la Cibeles en llamas, pues los corredores de fondo de la democracia franquista han tomado al vuelo la antorcha y el tam-tam, el rumor del abuelo: el comunismo es fuego, sangre, miedo, el socialismo es malo, la década ominosa, miren si no la década ominosa, o cualquier citra década a mano en el estante, que todas han quedado de ominosas:

-¿Y cuando la República? ¿No quemaron con iglesias cuando la República?

-Yo es que era meón sin cristianar, cuando la República, y no me enteraba bien de lo que pasaba en las iglesias.

Don Luis Prados de la Plaza, un suponer:

-El alcalde de Madrid será marxista si no se pone antes el remedio.

Don Luis, don Luis, que me pierde. No diré yo ni que si ni que no a lo de usted, pero ¿cómo se pone el remedio? Habrá que esperar a los idus municipales, digo yo. O si no, para evitar la plaga de la langosta hegeliana, la diarrea estival/marxista, podemos llevar a Ramón Tamames a pasear a un barranco, y seguro que se cae, como siempre, y dejarle allí hasta después de los idus. O darle una idea a Tierno, una idea cualquiera, un concepto, una tesis, y seguro que se remonta, se fabrica una antitesis, toma altura, se nos pierde en la síntesis, hincha el globo, vuela y, después de las elecciones, acabará cayendo como los hombres-globo de Larra, allá por la arboleda del Retiro.

Algo hay que hacer con esos locos, con esos incendiarios, antes de que Tamames prenda fuego a Correos, con todas las palomas dentro, o a la Cibeles, poniendo melena de llamas a los leones. Antes de que Tierno, ese pirómano, ese degenerado, empiece a hablar de Lenin en las plazas, o a explicar a Hegel en Legazpi, deteniendo a la gente, entreteniéndola, Sócrates disolvente y ocioso, les explaye la crítica de la razón pura a los caballos de las estatuas militares de Madrid, que hay tantas, y les convenza a los caballos.

Algo hay que hacer.

Se lo decía yo ayer a Bernardette Ortolé, que prepara una tesis sobre el esnobismo y ha venido a Madrid a preguntarme, bella yjoven como es:

-Mira, Bernardette, Platón es el snob de Sócrates.

¿No será Tierno el snob de Marx? El día 7 voy a cenar con Tierno, que al día siguiente le recibe La Malfa en Roma, y le tengo que preguntar:

-¿Por dónde piensa usted empezar, Enrique, el incendio de Madrid? ¿Por el pie puro de la Mariblanca o por la fronda grecovelazqueña del Palacio de Liria? ¿Se pondrá usted de clámide y cerillas de cocina, como Nerón, calzará usted el arpa, vestirá de Yo, Claudio, hará cónsul al caballo militar de Múgica, como Calígula, empezará prendiendo fuego la faldumenta de una castañera o hablando en griego por teléfono para embarullar la Telefónica?

Los más avizores cronistas de la Villa han dado el grito. El alcalde de Madrid será marxista si no se pone antes el remedio. El remedio se llama Alvarez/Alvarez. Pero es que este señor entra en el juego, se somete a votación y, por otra parte, no ha jurado en ningún sitio que él no vaya a quemar algo o a explicar a Balmes por la Gran Vía, que eso sería peor. El marxismo en Madrid, ya lo estoy viendo, Stalin, en infinita foto de carnet, en la Puerta de Alcalá, como en las películas de Patino, y la Cibeles en llamas, porque la izquierda nos lo tiene jurado: es su venganza, la Cibeles en llamas, por fascista. Mejor que vuelva Arespacochaga.

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