Se extingue la raza de asturcones, caballos legendarios de la región de Asturias

La Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza se ha puesto a trabajar sobre un plan que evite la desaparición de los caballos asturcones, considerados como animales sagrados por los cántabros y astures, como premio a su utilidad tanto en la paz como en la guerra.

Los asturcones fueron valiosos colaboradores. por la seguridad comodidad que daban a sus jinetes al llevarles por laderas pendientes y accidentadas en la lucha de los astures contra el ejército romano. Los historiadores romanos llegaron a relatar que sus enemigos sacrificaban estos caballos, en las noches de plenilunio com...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza se ha puesto a trabajar sobre un plan que evite la desaparición de los caballos asturcones, considerados como animales sagrados por los cántabros y astures, como premio a su utilidad tanto en la paz como en la guerra.

Los asturcones fueron valiosos colaboradores. por la seguridad comodidad que daban a sus jinetes al llevarles por laderas pendientes y accidentadas en la lucha de los astures contra el ejército romano. Los historiadores romanos llegaron a relatar que sus enemigos sacrificaban estos caballos, en las noches de plenilunio como ofrenda a los dioses de la guerra y bebían su sangre para adquirir sus virtudes más admiradas: la resistencia, la dureza, la velocidad y el valor.Con la cristianización, los asturcones perdieron su carácter sagrado, pero conservaron su valor como animal doméstico durante siglos. En el siglo XII, los campesinos asturianos pagaban sus impuestos con caballos asturcones, que ahora se encuentran ante un futuro incierto porque sus propietarios tienden a sustituirlos por otras razas más cotizadas, en los mercados asturianos.

Los asturcones se crían en el Sueve, sistema montañoso situado al norte de Asturias, desde cuyas cumbres puede contemplarse la costa comprendida entre Ribadesella y Santander. En la actualidad, de esta raza en trance de extinción sólo existen dieciséis hembras y dos machos. La Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza va a adquirir algunos ejemplares para estudiar las condiciones idóneas del hábitat que impedirían la desaparición de los asturcones, cuyos orígenes no están claros. En las pinturas rupestres de la cueva de Candamo (Asturias) hay dibujada una yegua perteneciente a esta raza. Para algunos autores el asturcón es un descendiente directo de los caballos que poblaron Europa durante el cuaternario. Existe una gran similitud entre el asturcón y el tarpán. Otros autores. en cambio, sostienen que descienden de las razas de ponies celtas.

El asturcón aparece por primera vez en una cita histórica en la retórica Adherennium, escrita en el año 80 antes de Cristo.

El veterinario doctor Ochoa explica en su obra El asturcón o el caballo del Sueve que se trata de un animal de cabeza algo corta y cuadrada, ojos vivos y móviles, orejas pequeñas, cuello con buena inserción en el pecho, grupa más bien corta y algo derribada, vientre voluminoso y cascos pequeños, compactos y enérgicos.