Contestación interna dentro del PC francés

La contestación en el Partido Comunista Frances (PCF) emerge de nuevo, y distintos indicios señalan que podrá cristalizar en una fracción disidente. Por primera vez esta semana se reunieron en París cuadros y militantes en desacuerdo con la dirección del partido. Otras reuniones se han anunciado ya en la capital y en provincias. Las diversas tendencias de esta oposición interna pretenden preparar por su cuenta el XXIII Congreso que se celebrará el próximo mes de mayo.

Un centenar de disidentes en el interior del PCF se reunió en el último fin de semana en la capital francesa para...

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La contestación en el Partido Comunista Frances (PCF) emerge de nuevo, y distintos indicios señalan que podrá cristalizar en una fracción disidente. Por primera vez esta semana se reunieron en París cuadros y militantes en desacuerdo con la dirección del partido. Otras reuniones se han anunciado ya en la capital y en provincias. Las diversas tendencias de esta oposición interna pretenden preparar por su cuenta el XXIII Congreso que se celebrará el próximo mes de mayo.

Un centenar de disidentes en el interior del PCF se reunió en el último fin de semana en la capital francesa para estructurar su trabajo de crítica a la dirección del partido. Entre ellos figuraban representantes de la tendencia althuseriana, que encabeza el historiador Jean Ellenstein, y del grupo de otro de los protagonistas de la contestación, Jean Rony.Su intención de «molestar» desde el interior del partido parece evidente. Con anterioridad a la reunión, informaron a la dirección del PCF de sus pretensiones: «Crear un cuadro de reflexión y de investigación sobre los problemas del socialismo en los países que pretenden haberse encarrilado por este camino.»

Sobre dicha cuestión, advertían los disidentes «nadie puede estar satisfecho de las reflexiones que se hacen en el interior del partido». La dirección del PCF no se hizo eco de la misiva de los «heterodoxos». Estos últimos, en la reunión de París, no manifestaron unanimidad al plantearse el problema de crear una tendencia que presentaría sus opciones en el congreso de mayo, pero todos coincidieron en la crítica al «balance global positivo de los países socialistas» que apreció la dirección días pasados en el proyecto de moción que presentará en el ya referido congreso del partido.

Los disidentes parisienses volveran a reunirse regularmente. En Burdeos, a principios de marzo se celebrará la primera cumbre de los que, en esta región, como los anteriores, combaten la línea neoestalinista de la dirección actual.

En el mismo sentido de la disidencia organizada, sin abandonar el partido, cabe anotar la aparición, prevista para el próximo día 12 de marzo, del primer número de la revista Maintenant (Ahora), inspirada principalmente por el historiador Jean Ellenstein, en la que participarán varias corrientes de insatisfechos de la izquierda gala, y que se propone convertirse en la trinchera del anticonformismo respecto a la línea Marchais.

Este conato de resurrección de la contestación, surgida tras la derrota de la izquierda en marzo último y laminada meses después por la «maquinaria» inexorable del partido que maneja la dirección, no ilusiona demasiado. «Soy pesimista, porque creo que la dirección ha conseguido aislar la contestación», ha declarado uno de los disidentes más conocidos, Michel Barak, aún militante del partido.

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