Cien mil manifestantes marxistas desafían al Gobierno islámico en la Universidad de Teherán

El ayatollah Jomeini advirtió ayer que uno de los peligros que afronta la revolución islámica iraní es el marxismo. y en una entrevista periodística señaló que «el Islam y el marxismo son diametralmente opuestos e incompatibles». Pese a estas declaraciones, más de 150.000 comunistas y simpatizantes lograron manifestarse ayer en el recinto de la Universidad de Teherán, en una demostración de fuerza que se interpretó como un abierto desafío al líder religioso que tiene el poder en Irán.

En la manifestación no se registraron incidentes serios, pese a que los participantes iban armados y es...

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El ayatollah Jomeini advirtió ayer que uno de los peligros que afronta la revolución islámica iraní es el marxismo. y en una entrevista periodística señaló que «el Islam y el marxismo son diametralmente opuestos e incompatibles». Pese a estas declaraciones, más de 150.000 comunistas y simpatizantes lograron manifestarse ayer en el recinto de la Universidad de Teherán, en una demostración de fuerza que se interpretó como un abierto desafío al líder religioso que tiene el poder en Irán.

En la manifestación no se registraron incidentes serios, pese a que los participantes iban armados y estaban protegidos por un carro blindado que lograron incautar al ejército durante los primeros días de la revolución. Más de un millar de seguidores de Jomeini hicieron una contramanifestación en el mismo recinto universitario y desafiaron abiertamente a los marxistas, que llevaban banderas rojas con la hoz y el martillo y cantaban eslóganes en favor de una revolución de tipo comunista.Observadores occidentales de la manifestación interpretaron ésta como un claro jaque a los mandos islámicos del ayatollah Jomeini, que han expresado su voluntad de implantar en el país una constitución de acuerdo con los principios del Corán. Se cree que la fuerza revolucionaria de la izquierda iraní es capaz de provocar una confrontación al recién instalado Gobierno del primer ministro, Bazargan, que ayer quedó ampliado con cinco nuevos ministros, entre ellos el de Defensa Nacional.

Al margen del problema de la izquierda revolucionaria, el nuevo Gobierno iraní continuó ayer afrontando serios obstáculos para restablecer la paz ciudadana en el frente del separatismo kurdo, que algunos creen puede convertirse en un problema endémico en el nuevo Irán, ante la falta de un ejército organizado que haga frente a los partidarios armados de un Estado independiente kurdo.

Según medios imparciales, el Ejército iraní está experimentando un deterioro rápido en su disciplina, que se ve agravado además por las fuertes disensiones internas entre los partidarios del nuevo régimen y los que todavía buscan una solución de tipo civil para Irán. En el frente del problema kurdo, los mandos del Ejército desean una intervención armada, aunque el Gobierno podría propiciar, según declaraciones del ministro Foruar, una solución autonomista.

Por otro lado, ayer fue ejecutado en Rudsar el capitán del Ejército Monir Taheri, a quien se acusaba de ser el responsable del incendio de un cine en Abadán, donde murieron 367 personas.

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