Edificios del casco antiguo: protegidos de todo menos de la ruina

En la casa hay actualmente 34 familias de inquilinos que llevan viviendo en los pisos un promedio de cuarenta años. El edificio -un antiguo hospital- tiene un patio de vecindad desde el que por medio de corredores se accede a las viviendas. El descuido y deterioro del edificio es tal que los inquilinos viven en un clima de inseguridad constante. Las vigas que sostienen el edificio están picadas. Las paredes y techos han recogido tal cantidad de agua que se pueden desmoronar en cualquier momento. «Me da miedo hasta salir a la compra. Ayer mismo -cuenta María González- salía yo para hacer la com...

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En la casa hay actualmente 34 familias de inquilinos que llevan viviendo en los pisos un promedio de cuarenta años. El edificio -un antiguo hospital- tiene un patio de vecindad desde el que por medio de corredores se accede a las viviendas. El descuido y deterioro del edificio es tal que los inquilinos viven en un clima de inseguridad constante. Las vigas que sostienen el edificio están picadas. Las paredes y techos han recogido tal cantidad de agua que se pueden desmoronar en cualquier momento. «Me da miedo hasta salir a la compra. Ayer mismo -cuenta María González- salía yo para hacer la compra y zas, cayó un cascote enorme ante mis narices. Un poco más y no lo cuento. Mire, mire todos los que han caído para que vea que no exagero. » La mujer señala unos cuantos ladrillos viejos desperdigados por el techo de la tercera planta del edificio.Las humedades están extendidas por todo el edificio, pero en la planta alta amenazan con acabar de empujar el viejo enrasillado. «Estos días pasados, de fuertes lluvias, no daba abasto a poner pucheros y cacerolas para recoger el agua. Pero lo peor es que la instalación eléctrica está afectada y llevamos quince días sin poder encender una bombilla. O morimos de reúma o nos tiran los escombros.»

«Ahora nos quieren vender los pisos -explica Dolores Camacho, vecina del bajo- pero mientras no arreglen la casa, no compramos. Luego nos quedamos sin la vivienda y sin los ahorros. »

A través de la Asociación de Vecinos de Malasaña, los inquilinos intentan exigir a los propietarios -los hermanos Collante Guernica- que hagan las necesarias reparaciones antes de que un inoportuno hundimiento produzca una tragedia. La misma situación de Velar de 20, se ha denunciado desde otras casas del barrio de Malasaña. Si a los casos de hundimiento ocurridos durante los últimos quince días -en Vallecas hubo siete heridos- añadimos las denuncias presentadas ahora- «en la prensa, porque a los propietarios y organismos oficiales hace mucho que las hemos presentado»- el panorama puede resultar asustante. En este mismo barrio se encuentran en situación semejante las fincas situadas en la travesía de Conde Duque, 19, y en Palma, 73. Paradójicamente también todos estos edificios están protegidos por el Plan Especial de Protección de Conjuntos Histórico-Artísticos.

«El Plan puede empezar a aplicarse dentro de cinco o diez meses -explica Pilar Alvarez, de la asociación de vecinos del barrio- pero estas casas tienen que ser reparadas ahora. Los propietarios se desentienden y hacen ofertas de venta a los inquilinos, pero estos -en su mayoría gente de la tercera edad- se niegan a hacerse cargo - de los arreglos por que consideran que éstos debían haberlos hecho los propietarios hace ya mucho tiempo, con lo que: no se hubiera llegado a la situación actual.»

Ahora el Ayuntamiento ha anunciado que denunciará a los propietarios que no hayan hecho las debidas reparaciones, pero antes las lluvias y la especulación pueden hacer que se hundan, varias casas más.

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