La policía utilizará robots para desactivar explosivos

Varios robots desactivadores de explosivos han sido adquiridos en Inglaterra por la Dirección General de Seguridad para que sean utilizados por la Policía Nacional. Con el uso de estos robots, cada uno de los cuales cuesta tres millones de pesetas, se espera eliminar el riesgo humano que hasta ahora había supuesto el contacto directo de policías con artefactos de aquel carácter.La peligrosidad en el manejo de artefactos no había sido anulada a pesar de la pericia adquirida por los artificieros de la Policía Nacional en los cursos seguidos para integrar los Equipos de Desactivación de Explosivo...

Varios robots desactivadores de explosivos han sido adquiridos en Inglaterra por la Dirección General de Seguridad para que sean utilizados por la Policía Nacional. Con el uso de estos robots, cada uno de los cuales cuesta tres millones de pesetas, se espera eliminar el riesgo humano que hasta ahora había supuesto el contacto directo de policías con artefactos de aquel carácter.La peligrosidad en el manejo de artefactos no había sido anulada a pesar de la pericia adquirida por los artificieros de la Policía Nacional en los cursos seguidos para integrar los Equipos de Desactivación de Explosivos (EDE), que están compuestos por 160 hombres.

En el último año hubo en España dos accidentes mortales relacionados con la desactivación de explosivos. En uno de ellos, ocurrido en febrero de 1978, un policía armado fue alcanzado en La Laguna (Tenerife) por el impacto del explosivo que pretendía neutralizar. Hace unas semanas, en Guipúzcoa, un guardia civil también murió en iguales circunstancias. En 1975, un guardia civil murió en Baracaldo al tratar da quitar una bandera vasca en la que se había adosado un artefacio.

Los robots adquiridos por la DGS sebállan en el Laboratorio. Anti-Explosivo Central (LAC), que depende del director general de Seguridad. Se halla compuesto este laboratorio por dieciocho equipos de desactivación de explosivos, creados en 1975. Los robots son una especie de pequeños tanques de guerra de 150 kilos de peso, que en su parte superior transportan un elemento similar al utilizado por los aparatos que exploran la superficie lunar. Son accionados a base de un complicado sistema de cintas de goma que les permite el desplazamiento por cualquier clase de superficie.