Cartas al director

Funcionarios de la justicia

Ahora que se estudia el estatuto del personal al servicio de la Administración de,Justícia, sería oportuno que se valorase objetivamente la realidad de sus servidores. Nadie ignora que los auxiliares y agentes judiciales, que han ingresado en los respectivos cuerpos por oposición y llevan más de cinco años en los mismos, son aptos para acceder al inmediato superior en iguales condiciones de idoneidad que los procedentes de las oposiciones. Esta consideración debe influir a la hora de redactar el reglamento, que debe contemplarla y establecer normas para la promoción de estos funcionarios, medi...

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Ahora que se estudia el estatuto del personal al servicio de la Administración de,Justícia, sería oportuno que se valorase objetivamente la realidad de sus servidores. Nadie ignora que los auxiliares y agentes judiciales, que han ingresado en los respectivos cuerpos por oposición y llevan más de cinco años en los mismos, son aptos para acceder al inmediato superior en iguales condiciones de idoneidad que los procedentes de las oposiciones. Esta consideración debe influir a la hora de redactar el reglamento, que debe contemplarla y establecer normas para la promoción de estos funcionarios, mediante cursos, cursillos, etcétera. Claro que se podrá argüir que la pericia aludida la pueden demostrar participando en las convocatorias vigentes. Sin embargo, esto no me parece sensato ni justo, pues todo el mundo sabe que los sentidos humanos pierden agudeza a través de los años, y ello determina que las circunstancias del hombre maduro sean muy desfavorables al tener que competir con jóvenes de dieciocho a treinta y tantos años. Pero esta dismínucíón de facultades por el paso del tiempo queda compensada, con creces, por la madurez intelectual que lleva consigo y la experiencia que da el contacto con el quehacer judicial.Con ello se satisfaría una deuda de justicia, acorde con el espíritu innovador que se vislumbra en toda la Administración del Estado, tendente a buscar la posibilidad de que el funcionario pueda hacer carrera desde su ingreso, por oposición en la misma. El anquilosamiento es absurdo y contrario a la naturaleza del ser humano, en constante perfeccionamiento, y mata su estímulo más noble: el afán de superación.

Lugo

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