Cartas al director

Evangelio y poder

Pobres teólogos progresistas... Si no fuera porque siempre hay algún provicario dispuesto a corregirles no sé dónde nos iban a llevar.Véase el caso: González Ruiz criticando en su periódico (26 de diciembre) la presencia de la Iglesia en el acto de la firma de la Constitución. Qué sabrá él, «que es tenido por teólogo y progresista», «desconcertante y traumatizado», «incapaz de innovación», «anclado en fórmulas estereotipadas». A estas alturas venirse con denuncias proféticas, explicarle a la Iglesia (a la de muchas mayúsculas, a la de púrpura) lo que tiene que hacer. Qué sabrá él.

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Pobres teólogos progresistas... Si no fuera porque siempre hay algún provicario dispuesto a corregirles no sé dónde nos iban a llevar.Véase el caso: González Ruiz criticando en su periódico (26 de diciembre) la presencia de la Iglesia en el acto de la firma de la Constitución. Qué sabrá él, «que es tenido por teólogo y progresista», «desconcertante y traumatizado», «incapaz de innovación», «anclado en fórmulas estereotipadas». A estas alturas venirse con denuncias proféticas, explicarle a la Iglesia (a la de muchas mayúsculas, a la de púrpura) lo que tiene que hacer. Qué sabrá él.

Menos mal que el padre Martín Patino sí que sabe. Y con mucha claridad nos explica «a los cristianos de a pie» lo equivocado que está el pobre teólogo: hay razones de Estado, zonas de influencia, correlación de fuerzas, reparto de poderes, coyunturas socio-económicas, realidades sociológicas, instituciones constitucionahzadas. No hay que buscar privilegios, pero sí exigir los derechos que corresponden a la Iglesia; no hay que buscar el poder temporal, pero sí eficacia pastoral; no hay que clericalizar nada, pero tampoco se olvide que lo clerical está ahí...

Qué bien tener un provicario que nos lo explica todo tan clarito.

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A ver si un día tiene un rato libre y nos aclara también otras cuestiones:

a) Qué tienen que ver el poder (aunque sea espiritual), la eficacia y la influencia con el Evangelio.

b) Qué tiene que ver la libertad profética del cristiano con la habilidad político-diplomática eclesiástica.

c) Qué tienen que ver los pastores-pescadores de la primera Iglesia con los hombres de Estado de la actual.

d) Qué tiene que ver todo este montaje con el Niño cuyo nacimiento celebramos el día 25.

Cuando el señor provicario sea capaz de explicarme todo esto seré feliz del todo. Porque no me hará falta ya sentirme al lado de desconcertantes y traumatizados teólogos progresistas y porque podré vivir mi cristianismo (a pie, naturalmente) sin tener que avergonzarme de mi propia Iglesia.

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