Emotivo funeral por las víctimas del accidente de Salamanca

«Queremos maestros en los pueblos, no concentraciones», decía una pancarta que portaban varios niños de Buenamadre a la salida del funeral oficial por las víctimas del accidente de Muñoz (Salamanca). También el obispo de Ciudad Rodrigo había señalado desde su homilía que «los familiares esperan seguridad para sus hijos con ocasión de las concentraciones escolares».Sin embargo, los familiares de los niños muertos en el accidente apenas musitaron palabra alguna hasta que, concluida la ceremonia religiosa, el gobernador civil y el presidente del Consejo General de Castilla y León, Juan-Manuel...

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«Queremos maestros en los pueblos, no concentraciones», decía una pancarta que portaban varios niños de Buenamadre a la salida del funeral oficial por las víctimas del accidente de Muñoz (Salamanca). También el obispo de Ciudad Rodrigo había señalado desde su homilía que «los familiares esperan seguridad para sus hijos con ocasión de las concentraciones escolares».Sin embargo, los familiares de los niños muertos en el accidente apenas musitaron palabra alguna hasta que, concluida la ceremonia religiosa, el gobernador civil y el presidente del Consejo General de Castilla y León, Juan-Manuel Reol, se dirigieron a ellos y les abrazaron para expresarles su pésame. La emoción otra vez se desbordó y los gritos, sollozos y lamentos cerraron una nuevajornada.

El funeral se celebró al meiodía de ayer en la iglesia de la Fuente de San Esteban, localidad en la que se encuentra enclavada la concentración escolar, y fue oficiada por 34 sacerdotes, entre los que se encontraban los obispos de Ciudad Rodrigo y Salamanca.

Todo transcurrió con absoluta tranquilidad hasta la homilía, cuando el obispo de Ciudad Rodrigo se refirió por primera vez al «dolor inmenso que ha atravesado el corazón de la provincia y de modo especial el de esta región de la Fuente de San Esteban». Los familiares no pudieron controlar su emoción y sus lágrimas.

Durante la homilía, monseñor Mansilla dijo también que se atrevía a pedir «que se adopten las medidas necesarias y eficaces para que se eviten hechos tan lamentables y luctuosos como los que hemos acabado de presenciar».

Durante la ceremonia se dio lectura a un telegrama del papa Juan Pablo II enviado por su secretario de Estado, en el que dice: «Conocida triste noticia trágico accidente, que ha provocado muerte numerosas personas, sobre todo niños, Santo Padre envía expresiones paterna condolencia y asegura plegaria por reposo eterno víctimas y consuelo familiares mientras impárteles confortadora bendición apostólica.»

Por otra parte, ayer fueron dados de alta seis niños en el hospital Clínico de Salamanca y ocho en la Residencia Sanitaria. Sin embargo, en la sala de reanimación de este último centro se encuentran seis chicos de los que se hallan en gravísimo estado -los médicos se encuentran muy pesimistas respecto a su posible evolución- María Teresa Sánchez, María Belén Vaquero -dos hermanos murieron ya- y Eulalia Ramos. En la Residencia permanecen otros trece niños que evolucionan favorablemente, y en el hospital Clínico, quince, uno de ellos muy grave.

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