Dirigentes vascos veían en "Argala" a un hipotético negociador

Funerales, asambleas, paros no numerosos y manifestaciones, que no llegaron a alterar la vida normal, se llevaron a cabo ayer en las cuatro provincias vascas en respuesta a la muerte del dirigente de ETA militar José Miguel Beñarán, Argala. Los únicos incidentes entre grupos de manifestantes y fuerza pública se registraron anoche en Pamplona, Algorta y San Sebastián. Entre los comunicados de partidos, sindicatos y organizaciones ciudadanas destaca el hecho público ayer por ETA militar, en el que se acusa a los Gobiernos español y francés en relación con este hecho. La mayor parte de los políti...

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Funerales, asambleas, paros no numerosos y manifestaciones, que no llegaron a alterar la vida normal, se llevaron a cabo ayer en las cuatro provincias vascas en respuesta a la muerte del dirigente de ETA militar José Miguel Beñarán, Argala. Los únicos incidentes entre grupos de manifestantes y fuerza pública se registraron anoche en Pamplona, Algorta y San Sebastián. Entre los comunicados de partidos, sindicatos y organizaciones ciudadanas destaca el hecho público ayer por ETA militar, en el que se acusa a los Gobiernos español y francés en relación con este hecho. La mayor parte de los políticos vascos que se pronuncian contra el asesinato de Argala coinciden en afirmar que con su muerte se han roto muchas esperanzas de que la pacificación llegue a Euskadi en un futuro próximo. El cadáver de Argala es esperado hoy en Basauri para ser trasladado a su pueblo natal.

La muerte de José Miguel Beñarán ha provocado en Euskadi impresión y desconcierto. Impresión entre los sectores abertzales radicales entre los que Argala poseía gran carisma por su historial de lucha activa en ETA y su labor en el terreno ideológico y político dentro de la organización. Entre partidos políticos y a ciertos niveles, el desconcierto está producido por la incertidumbre en torno a cuál ha de ser a partir de ahora la línea de actuación y estrategia política de ETA militar.En el comunicado de ETA Argala es definido como uno de los hombres más destacados de la organización. «Era un revolucionario en todo el sentido de la palabra, pero un revolucionario vasco», y se le presenta corno «un luchador por los derechos negados a los trabajadores vascos por los Gobiernos español y frances». Tras afirmar que, pese a vivir en situación irregular y difícil en Euskadi Norte, Argala dedicó su vida a una labor firme y constante en defensa de los intereses de Euskadi, ETA señala: «Sin ningún género de duda podemos afirmar que en la actualidad Argala apoyaba y se identificaba plenamente tanto con los planteamientos de lucha armada como con los objetivos tácticos y estratégicos de nuestra organización.»

No queda a salvo de las críticas de ETA el Consejo General Vasco, al que acusa de estar elaborando un «mini Estatuto de Autonomía» en el marco de la Constitución, «cuando sabe de sobra -afirma- que ésta ha sido rechazada masivamente y que por tanto está maniobrando, manipulando intereses y aspiraciones populares».

Martín Villa es acusado en el comunicado de ETA de haber iniciado una campaña de combate y desorganización del KAS y de ETA con la ayuda de cuerpos especiales de policía.

La pacificación, dañada

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Txiki Benegas y Mario Onaindía, secretarios generales de PSOE y ElA -organización abertzale no radical- coinciden en afirmar que Argala era una esperanza para la solución política de los problemas de Euskadi. El primero, consejero del Interior, califica la muerte de José Manuel Beñarán como un «retroceso» de cara a la pacificación de Euskadi. Benegas ha declarado a diversos medios informativos que tiene la impresión de que Argala estaba dispuesto a mantener un diálogo con el CGV de cara a la normalización de Euskadi. Por su parte, Mario Onaindía, ex miembro de ETA, ha afirmado que un gran sector del pueblo vasco tenía esperanzas en Argala «porque podía aportar soluciones políticas para la liberación nacional de Euskadi».

De los partidos parlamentarios tan sólo PSOE y PC han hecho públicos comunicados condenando la muerte de Argala. El PNV guarda silencio, Sin embargo, su presidente, Carlos Garaicoechea, declaró ayer a EL PAÍS: «La muerte de Argala es un hecho lamentable por una pura consideración ética y humana, por un lado, y por otro, porque creo que no propicia un arreglo de la situación en Euskadi y aún la complica más. El atentado se ha centrado en una de las personas que podían ser propicias al diálogo y al acercamiento de posturas hoy encontradas.»

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