Cartas al director

Juan Cueto, ¿antisionista?

Tal es la habilidad del articulista Juan Cueto para internarse en los vericuetos de todo lo que se esconde tras el celuloide de la serie QB VII, que por ende no es de extrañar su maravillosa capacidad de encerrar concienzudamente en sus cinco columnas de esmerada técnica y estilo literario, su recalcitrante intencionalidad antisemita y antiisraelí.Despectivas son sus referencias a Tel-Aviv, a los Kibutzim, a la comunidad sefardita judía, al gran rabino, al Muro de los Lamentos, a la ley de Moisés. Despectivas son sus referencias al holocausto del pueblo judío a manos de la barbarie hitleriana....

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Tal es la habilidad del articulista Juan Cueto para internarse en los vericuetos de todo lo que se esconde tras el celuloide de la serie QB VII, que por ende no es de extrañar su maravillosa capacidad de encerrar concienzudamente en sus cinco columnas de esmerada técnica y estilo literario, su recalcitrante intencionalidad antisemita y antiisraelí.Despectivas son sus referencias a Tel-Aviv, a los Kibutzim, a la comunidad sefardita judía, al gran rabino, al Muro de los Lamentos, a la ley de Moisés. Despectivas son sus referencias al holocausto del pueblo judío a manos de la barbarie hitleriana. Despectivas son sus referencias a lo orgullosos que tanto Ben Gazzara como yo podemos sentirnos como judíos. Y frente a la intención descarada, esta vez del señor Cueto, de «Vender un determinado producto ideológico (su antisemitismo), por encima o por debajo de cualquier otra intencionalidad, sin ambigüedades», frente a sus insultos despectivos, sólo cabría responderle en su mismo estilo.

Sólo una mente enfermiza como la del encargado de Asuntos Judíos durante la ocupación nazi en Francia, que hace unas semanas nos sorprendiera verdaderamente con sus afirmaciones de que en las cámaras de gas de Auschwitz o Treblinka se «desinfectaba a los judíos de piojos», puede calificar al simbólico proceso de QB VII como «ficción» (!!), corno «falacia» (!!), como «absurdo racismo» por parte del pueblo judío (!!), para con los criminales de guerra nazis, o como «panfIeto». Es ya tangente con la locura la calificación de Cueto respecto al ser judío de «ideología, por llamarla de algún modo civilizado». Gracias, señor Cueto, por su gentileza y caballerosidad. Ojalá pudiéramos los judíos agradecer de la misma forma a los Eichmann, Borman o Mengele por su mismo modo tan civilizado de clasificar al pueblo judío.

Hace ya algún tiempo que los judíos e israelíes dejamos de atemorizarnos frente a bravatas apologéticas del antisemitismo como las del señor Cueto. Nos costó mucha sangre, sacrificio y, por qué no decirlo, también dinero. Hoy por hoy, ya resulta muy difícil humillar a un judío. Pero no lo es tanto cuando se trata de gitanos, o de árabes, o de norafricanos y hasta llega el caso de argentinos, que llegan a España en busca de la dignidad negada en sus tierras, y bueno, mejor callar. A ver, señor Cueto, si en vez de ensañarse estúpidamente con QB VII y el pueblo judío dedica sus próximas cinco esmeradas columnas a estos problemas discriminatorios en ésta, su España.

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Estudiante israelí

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