Podría ser inminente la suspensión del "Times" y el "Sunday Times", de Londres

Cuando faltan seis días para la fecha (30 de noviembre) que los directivos del Times y del Sunday Times han fijado para la suspensión de la publicación de ambos periódicos es difícil encontrar a alguien en la organización editora, Thomson Newspapers, que piense que el cierre puede evitarse.El clima de hostilidad y desconfianza entre la gerencia y los trabajadores alcanzó el pasado viernes su cénit, cuando los representantes de los linotipistas se negaron a asistir a una reunión negociadora: «Hasta que no sea retirada la amenaza de suspender la publicación de nuestros periódicos y elimin...

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Cuando faltan seis días para la fecha (30 de noviembre) que los directivos del Times y del Sunday Times han fijado para la suspensión de la publicación de ambos periódicos es difícil encontrar a alguien en la organización editora, Thomson Newspapers, que piense que el cierre puede evitarse.El clima de hostilidad y desconfianza entre la gerencia y los trabajadores alcanzó el pasado viernes su cénit, cuando los representantes de los linotipistas se negaron a asistir a una reunión negociadora: «Hasta que no sea retirada la amenaza de suspender la publicación de nuestros periódicos y eliminada la fecha tope para ultimar las negociaciones, no tomaremos parte en discusiones con la compañía a ningún nivel.» Ese mismo día el gerente del grupo, Maramduke Hussey, anunciaba que no habrá ni reconsideración de la prórroga.

La implantación de tecnología electrónica para la producción de ambos periódicos británicos es sólo uno de los elementos, aunque importante, que han enrarecido en el último año las relaciones entre los trabajadores y los directivos del imperio Thomson, que, además del diario con más tradición en Inglaterra, The Times, y su prolongación dominical, Sunday Times, edita una lucrativa cadena regional.

Thomson Newspapers ha perdido a lo largo de este año más de once millones de ejemplares en disputas laborales. En los tres primeros meses de 1978 los desacuerdos pararon las máquinas del Times veintiuna veces y nueve las del Sunday Times. La publicidad comenzó a resentirse y a finales de abril la gerencia anunció a los líderes de los 53 sindicatos envueltos en el proceso productivo de ambos periódicos que su publicación sería suspendida el 30 de noviembre si para entonces no se ha alcanzado un compromiso sobre continuidad en la producción, reestructuración salarial, nueva tecnología y solución eficaz de las disputas.

Los sindicatos han visto en el ultimátum empresarial un movimiento calculado, dirigido a prescindir de más de mil puestos de trabajo, de los 4.300 del grupo, durante los próximos tres años. Los trabajadores alegan además que la empresa ha decidido recurrir a la política de los derechos consumados para dejarse el camino libre a una reorganización de alcance extraperiodístico.

Times Newspapers es ahora parte de la organización Thomson. Y ésta a su vez es una rica compañía, radicada por motivos fiscales en Canadá, que, además de periódicos, explota actividades turísticas, edición de libros, emisoras radiofónicas y, sobre todo, petróleo. Los periódicos del fallecido Lord Thomson, considerados por su propietario más como un motivo de prestigio que como un negocio y que han estado en manos de la familia hasta abril de este año, forman parte ahora de un conglomerado cuyos 16.000 millones de pesetas en beneficios el año pasado se derivan fundamentalmente del petróleo del mar del Norte, en cuya aventura la familia Thomson invirtió parte de su dinero en 1971.

El crecimiento, la diversificación y el traspaso de la responsabilidad financiera de los periódicos de las manos familiares a las menos sentimentales de una organización con intereses diversificados, explican mejor que las meras disputas interiores el carácter de la profunda crisis que puede acabar, al menos temporalmente, con dos de los más respetados periódicos británicos.

Renovación tecnológica

Los beneficios del petróleo decidieron hace tres años a los responsables del grupo Times a implantar en su cadena periodística tecnología electrónica para la composición y diseño. Se trataba de responder al creciente desafio que han de afrontar los medios informativos impresos y de rentabilizar una cadena con una larga tradición deficitaria. En noviembre de 1978, sofisticada maquinaria por valor de casi cuatrocientos millones de pesetas sigue esperando su uso adecuado en el tercer piso de la sede londinense del Sunday Times. Hasta ahora, los sistemas electrónicos vendidos por la firma californiana Systems Development Corporation han tenido más pegas que ventajas. Según fuentes del periódico, los expertos norteamericanos no han sido capaces de poner a punto todavía un programa capaz de resolver los complejos problemas de edición y diseño del Times y, sobre todo, del Sunday Times, que con su tirada de 1.500.000 ejemplares y un suplemento de color de 128 páginas es una de las operaciones de impresión más amplias de Europa.

Unidades visuales de escritura

Uno de los aspectos clave de la nueva tecnología, y el pretexto directo de la confrontación empresa-sindicatos, es el uso de unidades visuales de escritura, unas pantallas sobre cuyo teclado los periodistas redactan y editan sus textos, que ellos mismos introducen después en el computador de composición. El procedimiento, ya en uso en periódicos y agencias, suprimirá al menos doscientos puestos de trabajo ahora desempeñados por linotipistas. Su sindicato ha anunciado que no tiene intención de ponerse, la soga al cuello. Los trabajadores de rotativas, por su parte, consideraron el viernes, tras una reunión con la dirección, que «las nuevas propuestas son todavía peores que las iniciales». Pero tampoco los periodistas sintonizan con la gerencia del grupo Times, a la que acusan de ni siquiera haberles consultado sobre la viabilidad de un sistema que en definitiva habrían de operar ellos. Un comité tecnológico ad hoc de la redacción estima que la introducción en el viejo periódico de los nuevos sistemas plantea problemas difíciles, a los que la empresa se ha aproximado ignorando incluso aspectos técnicos elementales.

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