Pedro Altares: "Es triste desaparecer a las puertas de la democracia"

Hace ahora exactamente quince años nacía una de las revistas españolas que más ha batallado por la libertad y por la democracia. «Es triste que cuando estás a las puertas de esa libertad y democracia tengas que desaparecer. Con Cuadernos para el Diálogo muere no sólo una víctima más de la situación predemocrática española, sino un símbolo de la función de diálogo social que debe acompañar a todo medio de comunicación, y Cuadernos -nombre aparte- se ha esforzado por ser siempre un lugar de convivencia, crítica de todas las tendencias políticas y culturales.»

«Pero el derecho a la subsist...

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Hace ahora exactamente quince años nacía una de las revistas españolas que más ha batallado por la libertad y por la democracia. «Es triste que cuando estás a las puertas de esa libertad y democracia tengas que desaparecer. Con Cuadernos para el Diálogo muere no sólo una víctima más de la situación predemocrática española, sino un símbolo de la función de diálogo social que debe acompañar a todo medio de comunicación, y Cuadernos -nombre aparte- se ha esforzado por ser siempre un lugar de convivencia, crítica de todas las tendencias políticas y culturales.»

«Pero el derecho a la subsistencia de Cuadernos -dice su director, Pedro Altares- no está sólo en su historia; no pretendemos vivir de los servicios prestados, sino, sobre todo, en el derecho a la existencia de la prensa independiente y responsable y en el derecho al trabajo del equipo profesional que la hacía posible.»«No, no podemos aguantar más. El 40% de inflación no hay quien lo soporte. Las reservas se han acabado y tenemos que cerrar la tienda, y todo ello porque en el mundo de la prensa hemos entrado en una dinámica capitalista de la que se deriva que únicamente aguanta el que tiene dinero.» La empresa editora de Cuadernos para el Diálogo envió en los últimos días del mes pasado un SOS a sus accionistas y amigos solicitando ayuda en todos los sentidos, pero principalmente en el económico. Si no se lograba cubrir una ampliación de capital de por lo menos treinta millones de pesetas Cuadernos estaba condenada a desaparecer.

No ha habido respuestas contundentes por parte de partidos políticos ni grupos financieros y, por supuesto, tampoco del Estado ni del Gobierno. El único movimiento de solidaridad que se ha producido ha sido de las bases (lectores) y de algunos colegas de la prensa. La cúspide se ha mantenido completamente insolidaria.

«Ha habido lectores -cuenta Pedro Altares- que nos han enviado hasta dinero (de 500 a 5.000 pesetas) pidiéndonos "por favor, aguanten. Ya pasará la mala racha". Y ha habido partidos, como es el caso de UCD, que se han dado ya de baja de la suscripción.»

El director de Cuadernos ha intentado negociar personalmente con todas las fuerzas políticas del espectro más o menos progresista. «Yo proponía un reparto del nuevo capital a suscribir entre diversas fuerzas políticas. No ha sido posible porque algunos partidos querían quedarse con la mayoría del capital. Por otra parte, creo que estos partidos no estaban capacitados para asumir la situación de Cuadernos tal como debe ser.»

¿Quiénes son los culpables de esta insolidaridad? «En primer lugar, el Gobierno -dice Pedro Altares-, y en segundo lugar, el resto de las fuerzas parlamentarias. He llegado a la conclusión de que a los políticos no les interesa la auténtica libertad de prensa. Unicamente se entretienen en declaraciones oficialistas que puedan redundar en su propia publicidad o beneficio, pero rehúyen las cuestiones de fondo de la libertad de prensa.»

Según Pedro Altares se necesita también una acción protectora hacia la prensa a nivel de Estado. «La prensa está absolutamente desasistida. Si tienes un hotel o eres olivarero, tienes un organismo oficial de protección. A la prensa no hay nadie que la proteja. Es necesaria una ley global de ayuda a la prensa promovida por Gobierno y Parlamento, que ofrezca la posibilidad de permanencia y mejora de todas las publicaciones y que haga frente de alguna manera a los costos galopantes de la prensa, a la retracción de los lectores y a la indefensión económica total. Esta crisis económica es particularmente grave en casos de las revistas independientes que pertenecen a grandes empresas de publicaciones, como son los casos de Triunfo o La calle.»

Cambio en los lectores

Otra cara de la crisis de la prensa es la crisis de lectores -bajo índice de lectura, y trasvase hacia publicaciones de contenidos eróticos o sensacionalistas- en esta etapa española de transición. Resulta un fenómeno curioso y digno de una investigación concienzuda comprobar cómo un electorado que votó, casi en un 50%, en las últimas elecciones, a la izquierda, puede, mantener ahora pautas de comportamiento cultural de derechas.Pedro Altares cree que otro de los motivos de esta crisis de la prensa se basa en que todavía sigue vigente el sistema de valores del franquismo. «No entiendo cómo el Estado se gasta todavía miles de millones de pesetas en mantener los medios de comunicación del Estado.»

«Financiada por un accionariado plural, integrado por más de 3.000 personas, fue la única revista en los años sesenta que abrió sus puertas a todas las corrientes democráticas y al diálogo de las nacionalidades españolas.

En el año 65 defendía que el diálogo político pasaba por el Partido Comunista de España. En el 68 fue la única revista legal que propugnó el no en el referéndum. Unica publicación que protestó por el indulto Matesa. Dedicó un número extraordinario al golpe de Estado de Chile y otro al proceso de Burgos. Hace muy poco fue la revista que desveló el texto inicial de la Constitución. De los actuales parlamentarios, por lo menos 150 han estado relacionados de alguna manera con Cuadernos y su editorial.»

Al menos un grupo de profesionales de la información han recogido el grito de despedida de Cuadernos. La Unión de Periodistas de Madrid ha organizado una cena de solidaridad para el jueves 19 de octubre en el restaurante El Bosque (calle de Almansa, 77), en la que se propondrá una comisión de salvación de la revista.

La directiva de la Unión de Periodistas «quiere hacer resaltar que salvar a Cuadernos es empezar también a salvar a otros órganos de expresión que desempeñaron un papel democratizador bajo el franquismo y que hoy atraviesan situaciones financieras críticas».

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