Construir accesos idoneos a Madrid por carretera costaría 70.000 millones

Acondicionar los accesos a Madrid para que alcanzasen una situación medianamente buena, podría costar hoy entre 60.000 y 70.000 millones de pesetas, dinero del que hoy la Administración no puede disponer. Sobre esta base, la Dirección General de Carreteras, a cuyo frente se encuentra el ingeniero de Caminos, Juan Bautista Diamante, ha elaborado un plan de mejora de los accesos a Madrid, independiente del convenio que, hace unas semanas, firmaron el Ayuntamiento y el Ministerio de Obras Públicas, para efectuar obras en la red arterial de la ciudad.

Este plan, que está constituido por una...

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Acondicionar los accesos a Madrid para que alcanzasen una situación medianamente buena, podría costar hoy entre 60.000 y 70.000 millones de pesetas, dinero del que hoy la Administración no puede disponer. Sobre esta base, la Dirección General de Carreteras, a cuyo frente se encuentra el ingeniero de Caminos, Juan Bautista Diamante, ha elaborado un plan de mejora de los accesos a Madrid, independiente del convenio que, hace unas semanas, firmaron el Ayuntamiento y el Ministerio de Obras Públicas, para efectuar obras en la red arterial de la ciudad.

Este plan, que está constituido por una serie de actuaciones en diferentes puntos de las seis carreteras radiales que parten de Madrid y en la carretera de Toledo, fue explicado ayer por la mañana a EL PAÍS por el señor Diamante. Este es, en resumen, su contenido:N-I (carretera de Burgos). Ha sufrido ya una serie de modificaciones -desdoblamiento de calzada- hasta el kilómetro 30. Esto hace que, de momento, no se planteen actuaciones con carácter inmediato excluidas las propias de conservación. Desde que se realizó ese desdoblamiento, tampoco ha sufrido un incremento de tráfico sustancial que haga aconsejable la ejecución de nuevas obras de mejora.

N-II (carretera de Barcelona). Hay pendientes en estos momentos dos tipos de actuaciones inmediatas: la primera consiste en el desdoblamiento de la actual calzada, desde la terminación de la variante de Torrejón de Ardoz, ya construida, hasta la entrada de Alcalá de Henares. La creación de los cuatro carriles -dos por sentido de circulación- lleva consigo también la instalación de dos cambios de sentido, uno a la altura del río Torote y otro en la entrada a Alcalá, así como la construcción de seis pasarelas para peatones que comuniquen ambos lados de la carretera y faciliten el acceso a las diversas instalaciones industriales situadas en ese tramo.

Otra obra pendiente es la construcción de una variante de la carretera actual que evite la travesía de los vehículos por el casco urbano de Alcalá. Consta de cuatro proyectos, que serán contratados, probablemente, a primeros del próximo año, por un importe aproximado de ochocientos millones de pesetas. El plazo de ejecución es de dos años, por lo que, salvo complicaciones adininistrativas, la variante podría entrar en servicio a finales de 1980. Mientras tanto, se mantendrá la actual travesía del casco urbano.

Una tercera actuación en la misma zona, independiente de las otras dos ya citadas, es la construcción del tramo Madrid-Guadala jara de la autopista A-2, que ha de llegar hasta Barcelona -cuyo tra mo Zaragoza-Barcelona ya ha en trado en servicio-. Ha sido convocado el correspondiente concurso y la fecha tope para la presentación de proyectos es el 20 de diciembre próximo. El coste de las obras -que ha de financiar la iniciativa privada- se calcula en torno a los 12.000 millones de pesetas. El plazo de ejecución de los dos tramos previstos -Madrid-Alcalá y Alcalá-Guadalajara- es de seis años, como máximo, si bien estos plazos podrían acortarse sensiblemente.

N-III (carretera de Valencia). No hay nada previsto para esta zona, si bien podría ser aconsejable, en un futuro no lejano, la prolongación de la actual autopista A-3, que hoy termina en el kilómetro 10, hasta la localidad de Arganda.

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N-401 (carretera de Toledo). En la actualidad se procede a la ocupación de los terrenos necesarios para efectuar el desdoblamiento de la calzada, primero, hasta Getafe, y después, hasta Pinto.

N-IV (carretera de Andalucía). En la, propia carretera de Andalucía no se va a realizar ninguna obra, si bien ya ha sido convocado el concurso para la adjudicación de la construcción y explotación de la autopista A-4, que ha de llegar, en una primera fase, hasta Toledo. En realidad, la N-40 1, la N-IV y la A-4 forman un conjunto de actuaciones que pretende lograr la fluidez de tráfico que hoy no existe en las comunicaciones por carretera entre Madrid y la zona sur. Por este motivo, la futura A-4, también con un plazo de construcción máximo de seis años, tendrá un tramo de circulación libre entre la capital y Pinto, con el fin de añadir una vía más de comunicación con la zona. Las obras de esta autopista podrían costar 14.000 millones de pesetas.

N-V (carretera de Extremadura). Es la visitada ayer por el ministro de Obras Públicas, sobre la que se da información en otro lugar de esta misma página.

N-VI (carretera de La Coruña). Esta vía presenta problemas solamente en algunos puntos concretos. El resto, tanto en el tramo de autovía hasta Villalba como en la autopista A-6 entre esta población y la de Adanero, en la provincia de Ávila, no presenta problemas. El mayor lugar de congestión es el estrechamiento que se produce en el puente de Puerta de Hierro. En tanto se construya el nudo previsto en ese punto, dentro del convenio firmado entre Ministerio y Ayuntamiento, se efectúe una ampliación del puente que permita absorber el volumen de tráfico para el que no está capacitado en la actualidad.

La Dirección General de Carreteras va a elaborar el Plan Nacional, con un horizonte de diez años, que será presentado al Congreso de Diputados en el mes de abril del próximo año.

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