Cartas al director

Cómo cobra un parado

Decirle que soy uno de tantos miles de parados que hay en España no representa ninguna novedad. La novedad está en las circunstancias de mi situación, que, por lo que sé, no es única. Despedido el 9 de enero de este año, formulé la correspondiente demanda en Magistratura. Se convocó juicio para el 25 de abril, aunque no se celebró «gracias» al acto de conciliación -incalificable por la parcialidad del magistrado- previo. Tras él, presentación de la correspondiente documentación en la Oficina de Empleo de General Pardiñas para acogerme al subsidio de desempleo. Total que ya estamos en el 5 de m...

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Decirle que soy uno de tantos miles de parados que hay en España no representa ninguna novedad. La novedad está en las circunstancias de mi situación, que, por lo que sé, no es única. Despedido el 9 de enero de este año, formulé la correspondiente demanda en Magistratura. Se convocó juicio para el 25 de abril, aunque no se celebró «gracias» al acto de conciliación -incalificable por la parcialidad del magistrado- previo. Tras él, presentación de la correspondiente documentación en la Oficina de Empleo de General Pardiñas para acogerme al subsidio de desempleo. Total que ya estamos en el 5 de mayo. Ahora a esperar la Comunicación del INP para cobrar, me dijeron en General Pardiñas.He renovado por dos veces el justificante de demanda en aquellas oficinas. La última, 17 de agosto, pregunté qué pasaba con mí seguro de desempleo, tras cerca de cuatro meses de no tener noticia alguna. Me remitieron a Génova 6, 3.ª planta. Allí acudí el pasado día 30, comunicando el empleado de turno: «Te ha tocado la china.» ¿Que qué es la china? Sencillo: mi expediente se ha perdido junto con anos 300 más (al volver ayer he sabido que son unos 2.000). Así de fácil. Ahora, a volver a presentar la documentación (¿qué hubiera pasado si llego a entregar los originales?). Vuelvo ayer, 31, con los papeles que me pidieron. Y resulta que sobra uno de los documentos que me pidieron el día anterior y falta otro nuevo, del que nada me dijeron. Ante mis protestas, me envían a la 2ª planta para que allí rellene un impreso «la información de la máquina». Pero, ¡oh! sorpresa: la máquina no funciona (¿estará también en paro?, me pregunté). La señorita que me atiende aguanta un nuevo chaparrón dialéctico mío y luego, pausadamente, me da a escoger: «Puede esperar a ver si funciona la máquina -durante TODA LA MANANA ha estado parada- o dejar los papeles y venir mañana.» Ante el vuelva usted mañana de Larra prefiero esperar. ¡Y tanto! Solamente desde las 9,45 hasta la 1,45. Obtenida la información necesaria -fecha de despido, qué ya constaba en toda la documentación que tenía pero que no debía valer (hay que consultar a la máquina, sentenció otra señorita), regreso a la 3ª planta y... la oficina ya estaba cerrada. Ruego se me atienda por las circunstancias padecidas. Petición de nuevos documentos. Más protestas mías. Varias consultas de archivo y, al final, me dicen que puedo empezar a cobrar a partir de... ¡octubre! Y mientras tanto a vivir del aire. ¿Creen los señores Calvo Ortega y Sánchez de León que esta situación es soportable? ¿Se dan cuenta que se está jugando con la subsistencia de cientos de familias? ¿Qué hay de la tan cacareada reforma que anunciaron a principios de año por la que se cobraría el, seguro de desempleo en las mismas fechas en que cobraba antes tu salario en la empresa? ¿Qué organización tiene el INP cuando, en vez de solucionar problemas desagradables, además, los multiplica? Porque lo menos que el INP podía haber hecho al perder esos expedientes., era enviar una comunicación a los interesados para que remitieran de nuevo la documentación, o haberla pedido a las correspondientes oficinas de empleo.

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