ETA reivindica el atentado contra Tomás Sulibarría

Tomás Sulibarría, el presunto etarra encontrado anteayer en Mundaca (Vizcaya) con un disparo en el cuello, fue víctima de una emboscada de la organización ETA militar, que ha reivindicado la acción por medio de una nota en la que le acusa de ser «miembro a sueldo de los servicios de seguridad españoles». Entre los cargos que señala contra él figuran los de haber vendido a los integrantes de los comandos Mendizábal y Serpa, que fueron detenidos por la policía en mayo, y de haber organizado el atentado que costó la vida a la mujer de Juan José Etxabe y graves heridas a éste.

La organi...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Tomás Sulibarría, el presunto etarra encontrado anteayer en Mundaca (Vizcaya) con un disparo en el cuello, fue víctima de una emboscada de la organización ETA militar, que ha reivindicado la acción por medio de una nota en la que le acusa de ser «miembro a sueldo de los servicios de seguridad españoles». Entre los cargos que señala contra él figuran los de haber vendido a los integrantes de los comandos Mendizábal y Serpa, que fueron detenidos por la policía en mayo, y de haber organizado el atentado que costó la vida a la mujer de Juan José Etxabe y graves heridas a éste.

La organización ETA manifiesta en el comunicado que Tomi -nombre de guerra del herido-, inició su colaboración con la policía hace tres años, al ser puesto en libertad después de una breve detención. La labor que se le habría encomendado -siempre según la nota- habría sido la de infiltrarse en ETA, al igual que lo habían hecho antes, entre otros, El Lobo y Cocoliso.Participó Tomás Sulibarría en la creación de la gestora proamnistía de Santuchu, militó brevemente en EIA, hizo campaña abstencionista ante las elecciones del 15 de junio y poco después ingresó en ETA, de modo indirecto, como enlace entre los comandos Mendizábal y Serpa, cuyos miembros le fueron pasados por los primitivos responsables sin conocimiento de la dirección.

La venta de ambos comandos a la policía fue realizada con el fin de justificar su huida,al sur de Francia, donde debía tratar de infiltrarse entre los refugiados, hasta tener acceso a aquellos que el Gobierno español considera más influyentes dentro de ETA. «Para facilitarle dicha tarea -añade la nota-, la policía le hace la necesaria publicidad como hombre combativo, peligroso y dirigente de ETA. »

A partir de este momento la organización terrorista vasca estudia su comportamiento, que califica de extraño y que motiva la desconfianza entre los refugiados. «A pesar de ello y en colaboración con su enlace de los servicios de seexiridad españoles, un antiguo legionario, organiza el atentado contra Juan José Etxabe y su esposa Agurtzane» como represalia frente al asesinato de Portell por ETA.

Después de indicar que Tomi fue citado en Euskadi Sur para llevar a cabo la acción ya conocida, como medio de evitar el peligro que su ponía para los refugiados, ETA militar añade que conoce la existencia de otros infiltrados, a quienes avisa de que correrán la misma suerte si no abandonan el territorio vasco y cesan en sus intentos de aproximación a ETA.

En medios oficiales no se ha dado información alguna en torno a las acusaciones que ETA vierte contra Tomás Sulibarría, pero resulta cuando menos extraño que no hubiera contra él ninguna reclamación policial, pese a que fue calificado como muy peligroso a raíz de la detención de los dos comandos que dependían de él.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El comunicado no aporta, por otra parte, pruebas fehacientes y su propia mujer ha declarado que era vigilada por la policía desde que Tomás desapareció de su domicilio. También ha añadido que la noche anterior al atentado se encontraba en San Juan de Luz, donde vivía junto con otros refugiados.

El estado del herido permanecía estacionario ayer tarde, dentro de su gravedad. Le había sido practicada una traqueotomía y no podía hablar. Importantes dispositivos de seguridad vigilaban su habitación y los alrededores del pabellón hospitalario.

Archivado En