Grave tensión en el aeropuerto de París

Dos mil quinientos controladores, divididos en los cuatro centros de control civil aéreo que supervisan el espacio francés, en Athis-Mons (inmediaciones de París), Brest, Burdeos y Aix-en-Provence, han desencadenado esta súbita parálisis generalizada del tráfico aéreo que Le Monde, ayer tarde, comentaba irónicamente con un titular de su primera página: «Un aire de follón...»En Orly, ayer; aquí en París, la Guardia Nacional (que, habitualmente se utiliza como policía antidisturbios) tuvo que disolver por la fuerza un proyecto «autónomo» de trabajadores marroquíes que estaban dispuestos a...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Dos mil quinientos controladores, divididos en los cuatro centros de control civil aéreo que supervisan el espacio francés, en Athis-Mons (inmediaciones de París), Brest, Burdeos y Aix-en-Provence, han desencadenado esta súbita parálisis generalizada del tráfico aéreo que Le Monde, ayer tarde, comentaba irónicamente con un titular de su primera página: «Un aire de follón...»En Orly, ayer; aquí en París, la Guardia Nacional (que, habitualmente se utiliza como policía antidisturbios) tuvo que disolver por la fuerza un proyecto «autónomo» de trabajadores marroquíes que estaban dispuestos a tomar por asalto las oficinas de la Royal Air Maroc. En Ginebra, la fuerza pública tuvo que disolver un grupo de cuatrocientos pasajeros de vuelos charters que, tras 48 horas al sol, y sin poder embarcar rumbo a Santiago de Compostela, amenazaban con acciones incontroladas.

Más información

En Orly. asimismo, grupos de madres con niños chillando todos a una exigían de las autoridades «no ser tratados como borregos», subrayando que aceptaban la postura de los huelguistas, pero no aceptaban que las autoridades los abandonaran sin asientos, sin ningún servicio, «como si fuésemos animales».

Aquí en París, los retrasos de los aviones han oscilado entre dos horas y dos días. La política más común, por parte de buena parte de las compañías de vuelos internacionales ha sido la aceptación o suspensión de vuelos. Se considera una excepción las declaraciones xenófobas de Iberia contra los controladores.

La huelga, por otra parte, puede continuar todavía. Oficialmente, en París, deberla cesar hoy, si así lo decide la asamblea de trabajadores. Pero declara un portavoz sindical: «Si no establece una negociación, la huelga podrá recrudecerse. Por el momento, nos estamos limitando a ejecutar, sin demora, todas las instrucciones de los reglamentos de seguridad, que desencadenan este follón. Hace ocho años que la Administración no quiere una negociación con el conjunto de las fuerzas sindicales. Es la Administración quien está castigando a los usuarios de aviones.»

El Ministerio de Transporte se limita a responder muy lacónicamente: «La huelga no está justificada, ni es aceptable.» Los controladores aéreos reclaman: negociar con la Administración, reivindicaciones salariales, aumento de los efectivos técnicos, que consideran «poco fiables» en su estado actual, «reestructuración técnica» de los servicios y del material técnico que, estiman, «compromete gravemente la segundad de los viajeros». En París, la huelga continuará. En Burdeos, también. En Aix-en-Provence y Brest cesará. Todo el tráfico aéreo europeo estará paralizado mientras continúe la huelga, ya que una parte sustancial de los vuelos internacionales europeos deben pasar por el espacio aéreo francés.

Archivado En