Entrevista:

Fontán: "Los debates serán importantes, pero no creo que cambien la Constitución"

Durante un mes aproximadamente, primero en la Comisión Constitucional, después en el Pleno, el Senado debatirá el texto de la Constitución aprobado por el Congreso. Con vistas a este debate han comenzado a surgir presiones para que se limen o desaparezcan los aspectos más progresivos del texto constitucional, fruto del consenso al que llegaron los grandes grupos parlamentarios (UCD, PSOE, PCE y Minoría Catalana, fundamentalmente) en el Congreso. Sobre este tema, y en general sobre la aportación que pueda hacer el debate constitucional del Senado al texto de la Constitución, respondió Antonio F...

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Durante un mes aproximadamente, primero en la Comisión Constitucional, después en el Pleno, el Senado debatirá el texto de la Constitución aprobado por el Congreso. Con vistas a este debate han comenzado a surgir presiones para que se limen o desaparezcan los aspectos más progresivos del texto constitucional, fruto del consenso al que llegaron los grandes grupos parlamentarios (UCD, PSOE, PCE y Minoría Catalana, fundamentalmente) en el Congreso. Sobre este tema, y en general sobre la aportación que pueda hacer el debate constitucional del Senado al texto de la Constitución, respondió Antonio Fontán, presidente del Senado, a las preguntas que le formuló Francisco Gor

Pregunta. La situación política presiona para que Finalice cuanto antes el proceso constituyente. ¿No le parece que esta urgencia puede restar tiempo y libertad al Senado para debatir el texto constitucional?

Respuesta. No puede decirse que el Senado se sienta moralmente impelido a terminar pronto la Constitución, ni que sienta sus libertades parlamentarias coartadas por el hecho de que la opinión pública y el país exigen tener una Constitución cuanto antes. Ahora bien, la responsabilidad política de los senadores sí se siente, seguramente, impelida a realizar pronto el trámite del debate constitucional en el Senado. Creo que ambas cosas son conciliables: el conocimiento o el estudio reposado de la Constitución por parte de los senadores y la relativa rapidez de los debates. Tanto los quince días de debate en la Comisión Constitucional como las sesiones (no creo que pasen de siete u ocho) del Pleno serán tiempo suficiente para que todos los temas sean discutidos y todas las opiniones oídas.

Pero hay una advertencia preliminar que yo haría. A mí me parece impensable que el Senado vaya a hacer una Constitución distinta en algún punto sustancial respecto al texto del Congreso, porque eso significaría que el Senado es una Cámara de otro país y no una Cámara elegida en las mismas elecciones en que lo fue el Congreso de los Diputados

P. Entonces, el debate constitucional del Senado será un debate superfluo que, en definitiva, lo único que va a hacer es retrasar la promulgación de la Constitución.

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R. Yo diría, primero que una Constitución es un texto tan importante para la Vida política de un país; que cualquier modificación, aunque no sea sustancial es importante. Segundo, el Senado, por circunstancias cronológicas, va a invertir en el debate constitucional un tiempo muerto desde el punto de Vista político. Sería impensable que hubiera un referéndum constitucional en el mes de agosto o a principios de septiembre. En ese sentido no se puede decir que haya pérdida de tiempo. Por otra parte, una Constitución tiene su interpretación auténtica en los propios constituyentes. Los debates del Senado,j unto con los del Congreso, forman parte del material básico para una interpretación auténtica de la Constitución por parte de los que la han elaborado y aprobado.

P. Pero, en concreto, qué va a aportar el debate constitucional del Senado a la Constitución?

R. No me atrevo a hacer previsiones, porque acaba de empezar el plazo de enmiendas y no sé cuáles ni de qué tipo se van a presentar. Sin embargo, se puede afirmar, de entrada que no habrá modificaciones en las partes sustanciales de la Constitución, que han sido pacta das en el Congreso por los grandes partidos. No hay que olvidar que estos grandes partidos son, a su vez, mayoritarios en el Senado. Salvo que estos partidos revisen sus pactos, yo diría que sobre estos puntos básicos no es pensable que el Senado introduzca por mayoría de votos cambios sustanciales.

Sin embargo del debate constitucional del Senado tiene que salir, por ejemplo, una definición práctica y funcional del sistema bicameral.

P. Entonces, cree que el Senado va a mdifcar lo referente a su estructura y funciones y, a sus relaciones con el Congreso?

R. Sí, ya que estas cuestiones han quedado un poco desdibujadas en el texto del Congeso. Por ejemplo. la ley de Reforma Política establece una segnda lectura del texto IegisIativo en el Senado, después de la cual, si éste no coincide con el del Congreso. va a una cornisión mixta y al final acaba resolviendo el Congreso. El texto constitucional enfoca este terna de manera mucho más sucinta, puesto que habla de un veto por parte del Se nado a los proyectos de ley o de presentación de enmiendas, que serían resueltas por el Congreso de los Diputados.

Eso está funcionalmente poco precisado y me da la impresión de que no es una fórmula muy práctica.

Pero realmente no me atrevo a adelantar cuáles pueden ser las cuestiones sobre las que los sena dores van a presentar enmiendas importantes. En principio, parece lógico que presenten más enmiendas aquellos grupos parlamentarios que no son paralelos a aquellos que ya han actuado decisivamente en el Congreso.

P. Precismente, estos grupos no paralelos, a los que en el Congreso han participado decisivamente en la elaboración de la Constitución, pueden intentar en el Senado limar los aspectos progresivos del texto constituciorial. La polémica puede surgir de nuevo sobre el término nacionalidades, sobre las autonomías, la libertad de enseñanza o el modelo económico de sociedad. ¿Qué opina usted de ello?

R. Efectivamente. estos puntos serán los que den lugar a los debates más importantes. Eso es evidente. Ahora bien el resultado final en el momento de las votaciones depende de que los grandes partidos revisen o no sus actitudes y sus acuerdos respecto a esos puntos. De todos modos no creo que el resultado de las votaciones sea hacer una Constitución distinta de la que viene proyectada desde el Congreso.

P. Pero este intento puede ser también protagonizado por el Grupo de UCD del Senado, aparentemente más conservador que su homónimo del Congreso.

R. No sé si UCD del Senado es un conjunto más conservador que UCD del Congreso. Desde luego,es un poco distinto. Quizá más personalizado por el mismo hecho del procedimiento electoral. Pero eso no quiere decir que sea un grupo más conservador. Quizá se puede decir que es un conjunto formado por personas que se sienten más independientes en relación con la disciplina del partido o del grupo parlamentario. De todos modos, pienso que UCD del Senado tendrá sustancialmente una actitud paralela aunque no repetitiva a UCD del Congreso, porque al fin y al cabo, son parlamentarios del mismo partido.

P. ¿No intentarán los «hombres del Rey». como algunos llaman con halago a los senadores de designación real. destruir el consenso constitucional?

R. En primer lugar, los senadores reales no son los «hombres del Rey»: son personalidades de destacado relieve a las que el Rey ha designado senadores, sin que esto implique ninguna vinculación especial. En segundo lugar hasta el momento presente los senadores reales se han ganado el respeto y la estimación de todos los grupos políticos de la Cámara con su actuación a lo largo de un año. La mayor parte de ellos son independientes o están en grupos parlamentarios como UCD. Entesa dels Catalans y senadores vascos. Yo estoy seguro de que en los trabajos constitucionales serán constructivos como lo han sido siempre. Puedo añadir también que muchos de ellos están estableciendo contactos con los grupos parlamentarios principales para la misma tarea de presentación y elaboración de enmiendas. Pienso que harán unas aportaciones importantes a los debates, pero precisamente por la independencia de la mayoría de ellos han sido siempre en el Senado un elemento que ha contribuido a la concordia y la armonización de las posiciones de grupos contrapuestos.

P. ¿Cree usted que el debate constitucional del Senado puede ser una nueva ocasión para que Gobierno y PNV reanuden las negociaciones rotas en el Congreso?

R. Creo que sí. En la última sesión del Pleno del Congreso sobre la Constitución las negociaciones Gobierno-PNV avanzaron mucho.La modificación del párrafo segundo del artículo 144 y la disposición adicional dan plena satisfacción, a una parte de las demandas del PNV. Estos conceptos dejan la puerta abierta a la más completa autonomía que es posible dentro de la unidad del Estado. Las declaraciones que después ha hecho algún parlamentario de este partido lo ratifican.

Yo creo que el proceso de reflexión a que da lugar el trámite constitucional del Senado puede hacer que, con un esfuerzo de imaginación, se vuelva a plantear el tema desde otra perspectiva, con otras palabras, aunque responda al mismo problema.

Estimo que el PNV se, dará cuenta progresivamente en sus distintos escalones; de que el progreso desde su punto de vista y la satisfacción de sus aspiraciones son mucho mayores de lo que ha podido parecer tras la abstención, mejor la ausencia física, de sus parlamentarios en el momento de la votación final sobre la Constitución.

Los parlamentarios del PNV han estado prudentes adoptando la fórmula de la ausencia física, con obieto de no condicionar el voto a la posición del partido. Por otra parte. sus portavoces han estado explícitos en cuestiones como la unidad de España y el principio de autodeteminación que no se puede postular para cada una de las coniunidades del Estado sin el riesgo de volver atrás el reloj de la historia. Han estado explícitos y mantendrán en el Senado una postura constructiva.

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