El nacionalterrorismo
En EL PAÍS del miércoles 5 de julio aparece publicada una carta que firma Pedro Vicente González. Tengo una reciente experiencia por haber sido atacado por unós terroristas, concretamente el día 20 de junio, frente al hotel Rey Sancho de Castilla, en Palencia.
A coche aceletado me dieron dos pasadas, la primera para asustarme, la segunda con claras intenciones de atropellarme. El acoso, sin derribo, les valió el logro de su objetivo, al dejarme completamente empapado de agua de un charco que había en aquel sitio.
Huyeron, como suelen hacerlos que cometen traíción, exhibien...
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En EL PAÍS del miércoles 5 de julio aparece publicada una carta que firma Pedro Vicente González. Tengo una reciente experiencia por haber sido atacado por unós terroristas, concretamente el día 20 de junio, frente al hotel Rey Sancho de Castilla, en Palencia.
A coche aceletado me dieron dos pasadas, la primera para asustarme, la segunda con claras intenciones de atropellarme. El acoso, sin derribo, les valió el logro de su objetivo, al dejarme completamente empapado de agua de un charco que había en aquel sitio.
Huyeron, como suelen hacerlos que cometen traíción, exhibiendo en su huida una gran bandera española.
Lo que yo sentí en aquellos momentos al ver a la bandera española huir en manos de mis agresores no sé todavía describirlo: creo que me quedé perplejo, estupefacto, confundido... Ultrajado física, moral y hasta patrióticamente.
¿Le sigue pareciendo a usted ridícula la prohibición que hace el Gobierno del uso de tan digna tela?
La bandera roja y gualda es la bandera de España (artículo 4 de la Constitución naciente).
También ocurre parecido con el nombre de Cristo. Se usa para fines políticos, cuando todos los cristianos sabemos que Cristo es AMOR (con mayúsculas).