España intenta mejorar su postura ante la EFTA

Aunque desde el punto de vista técnico no se registraron ayer progresos visibles en el primer día de reuniones del sexto período de negociaciones entre España y la EFTA (Asociación Europea, de Libre Cambio), resultó ostensible para los delegados de los siete países de la Asociación que el Gobierno español ha hecho un esfuerzo por mejorar su deteriorada imagen en esta ronda de negociaciones.

Es así que, por primera vez, desde que comenzó este diálogo hace más de un año, destinado a llegar a un acuerdo de reducciones arancelarias para los productos industrializados y agrícolas, España env...

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Aunque desde el punto de vista técnico no se registraron ayer progresos visibles en el primer día de reuniones del sexto período de negociaciones entre España y la EFTA (Asociación Europea, de Libre Cambio), resultó ostensible para los delegados de los siete países de la Asociación que el Gobierno español ha hecho un esfuerzo por mejorar su deteriorada imagen en esta ronda de negociaciones.

Es así que, por primera vez, desde que comenzó este diálogo hace más de un año, destinado a llegar a un acuerdo de reducciones arancelarias para los productos industrializados y agrícolas, España envió a la cabeza de la delegación gubernamental a dos directores generales. Se trata de José Miguel Aldasoro, director general de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores, y de José María Jerez, director general de Política Comercial del Ministerio de Comercio. Al respecto cabe recordar que para el anterior periodo de negociaciones celebrado en el mes de mayo, España llegó prácticamente sin una jefatura visible, al haber sido alejado de su cargo Carlos. Gamir, quien fue reemplazado por Aldasoro, pero que no se hizo presente en Ginebra.Ese hecho hizo exclamar a más de un delegado de los países de la EFTA que España no estaba interesada en concluir un acuerdo.

También ha sido observado como un hecho positivo los compromisos bilaterales alcanzados por España y Portugal en materia de desarme arancelario, teniendo en cuenta que Portugal es uno de los siete países miembros de la EFTA, junto a Suecia, Finlandia, Noruega, Islandia, Austria y Suiza.

Por otra parte, y a pesar del hermetismo hacia la prensa que ha caracterizado a estas negociaciones, trascendió, de fuentes oficiosas, que entre los problemas existentes, como son los derechos de base, España exige, sin que el criterio de la EFTA sea el mismo, que el desarme arancelario tenga en cuenta los resultados a que se llegue en las negociaciones multilaterales conocidas bajo el nombre de Tokio Round, y que se realizan dentro del marco del GATT. Dichas negociaciones, que deben finalizar el 15 de julio, y que encabezan Estados Unidos, Japón y la CEE, se basan en una meta teórica o hipotética de trabajo, para la reducción del 40% de los aranceles aduaneros de los productos industriales y otras concesiones al sector de productos agrícolas. Sin embargo, por lo que se ha dicho hasta ahora, en la Ronda Tokio no se han logrado avances concretos.

En cuanto a la llamada «cláusula dinámica», España sostiene que no puede otorgar más concesiones aduaneras que las que dieron origen al acuerdo con la CEE en 1970. La EFTA pide que mediante esta «cláusula dinámica» las nuevas concesiones que haga España a la CEE operen automáticamente para la EFTA.

En relación a las reglas de competencia, la EFTA reclama mayor agilidad, mientras España afirma que su sistema aduanero-administrativo es eficaz.

Finalmente, en relación con el problema de los cupos de importación, España sostiene que no puede ampliar esta área, mientras la EFTA pide mayor liberalización comercial.

Las negociaciones continúan en el día de hoy, y es posible que se prolonguen hasta mañana.

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