Las relaciones con China

La decisión del Consejo de Ministros del 9 de marzo de 1973 de establecer relaciones diplomáticas plenas con la República Popular China, calificada entonces como la noticia del año, se interpretó en todos los sectores como una medida realista de cara a abrir el mercado español a una nación con cerca de novecientos millones de habitantes. En aquellos días, Gregorio López Bravo ocupaba la cartera de Asuntos Exteriores.Unos meses más tarde de firmarse el acuerdo de relaciones diplomáticas fue nombrado el primer embajador español en Pekín, Angel Sanz Briz, y designados los componentes de la delega...

La decisión del Consejo de Ministros del 9 de marzo de 1973 de establecer relaciones diplomáticas plenas con la República Popular China, calificada entonces como la noticia del año, se interpretó en todos los sectores como una medida realista de cara a abrir el mercado español a una nación con cerca de novecientos millones de habitantes. En aquellos días, Gregorio López Bravo ocupaba la cartera de Asuntos Exteriores.Unos meses más tarde de firmarse el acuerdo de relaciones diplomáticas fue nombrado el primer embajador español en Pekín, Angel Sanz Briz, y designados los componentes de la delegación china en Madrid. El definitivo embajador de China en España, Mao Mo-ming, llegó a Madrid a primeros de septiembre de 1976. España cambiaría su embajador en abril de 1977. El día 15 de abril, José Ramón Sobrado presentó sus cartas credenciales al vicepresidente de la Asamblea Nacional Popular.

A pesar de la exclusiva motivación comercial por parte de España del establecimiento de relaciones, ha sido China la que ha logrado penetrar más en el mercado español, ejerciendo una presión en la balanza bilateral hasta llegar a alcanzar niveles preocupantes. Durante el primer semestre de 1977, las importaciones alcanzaron la cifra de 1.314 millones de pesetas, mientras que las exportaciones sólo llegaron a 461 millones, lo que arrojó un déficit con respecto a España de 853 millones.