Fuertes tensiones internas en el Grupo parlamentario de UCD

La pérdida de dos votaciones por parte del Grupo, parlamentario de UCD en el Pleno del Congreso del pasado miércoles ha aumentado las tensiones internas que se encontraban latentes entre los diputados centristas.Mientras un sector estima que el presidente del grupo, José Pedro Pérez Llorca, se niega a ejercer su autoridad y muestra un escaso deseo de asumir sus responsabilidades, otro sector estima que es el Gobierno el responsable de la situación actual y que el secretario de Relaciones con las Cortes, Rafael Arias Salgado, es quien no asume sus competencias en relación con el grupo pa...

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La pérdida de dos votaciones por parte del Grupo, parlamentario de UCD en el Pleno del Congreso del pasado miércoles ha aumentado las tensiones internas que se encontraban latentes entre los diputados centristas.Mientras un sector estima que el presidente del grupo, José Pedro Pérez Llorca, se niega a ejercer su autoridad y muestra un escaso deseo de asumir sus responsabilidades, otro sector estima que es el Gobierno el responsable de la situación actual y que el secretario de Relaciones con las Cortes, Rafael Arias Salgado, es quien no asume sus competencias en relación con el grupo parlamentario centrista. Esta división de opiniones puede haber provocado un enfriamiento de las relaciones entre ambos implicados.

El tema se ha complicado, además, ante el hecho -relatado a EL PAÍS por un diputado centrista- de que el señor Arias Salgado no figure en las listas de votaciones del Pleno mencionado, es decir, que, pese a encontrarse en la sala, no votó. Puestos al habla con el señor Arias Salgado, ha señalado que se trata de un error técnico y que él introdujo la llave correspondiente. El señor Arias Salgado comentó públicamente ante algunos periodistas, minutos antes de la votación, que era contrario a las enmiendas socialistas. De cualquier forma, fuentes del grupo parlamentario han informado que el comité de disciplina entenderá de este caso y del de los restantes diputados de UCD que rompieron la disciplina de voto.

Otra de las personas afectadas directamente por la situación del grupo parlamentario centrista parece ser el vicepresidente del Gobierno para Asuntos Económis, Fenando Abril, del que numerosos diputados de su partido opinan, en términos generales, que no sólo presta escasa atención al grupo, sino que su actitud hacia éste es extremadamente distante. Un diputado comentó que en la reunión previa al Pleno del miércoles José Pedro Pérez Llorca fue abucheado cuando propuso que el señor Abril subiera a la tribuna de oradores para defender un determinado punto del orden del día. Esta denuncia de falta de atención del Gobierno se reflejó también en el llamado «documento de los 32 diputados objeto», firmado por democratacristianos y liberales, y en el que ellos mismos se calificaban como meros objetos para la Administración. Los problemas del Grupo parlamentario de UCD en el Congreso están también presumiblemente relacionados con las tensiones existentes en el seno del partido y que se han reflejado en las crisis sufridas por las organizaciones de Canarias y Extremadura. Las fuentes consultadas coinciden en afirmar que existe una clara indisciplina y confusión en la estructura interna de UCD. Se esbozan dos soluciones diferentes: la creación de un consejo de dirección política integrado por el presidente Suárez y los siete ministros más significados y la creación simultánea de una secretaría de coordinación con poderes ejecutivos y la designación de un número determinado de delegados del presidente que provisionalmente reorganizaran toda esa estructura.

Unos y otros coinciden en prever un «desembarco» de ministros en el partido, es decir, la creación de algún tipo de organismo dentro de UCD para que intervengan muy directamente en ella personalidades de categoría política.

Entre los nombres que circulan por los pasillos del partido centrista figura también el de Rodolfo Martín Villa, ministro del Interior, y el del ministro de Justicia, Landelino Lavilla.

En términos generales, todas las fuentes consultadas no consideraban cercana la celebración del congreso de UCD y estimaban que el sector con más movilidad política interna era el democratacristiano, cada día más convencido, al parecer, de la necesidad de que UCD se homologue internacionalmente dentro de esta ideología. En este intento, contarían con el apoyo de sectores de la Democracia Cristiana alemana. Parece, sin embargo, que los problemas más inmediatos no se plantean en términos de «intencionalidad colectiva» de una determinada tendencia ideológica, sino en un plano más personal.

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