El precatálogo de edificios a conservar, parado desde diciembre

Los trabajos sobre el llamado precatálogo municipal de edificios y conjuntos a conservar están absolutamente suspendidos desde el día 22 de diciembre de 1977, fecha en la que un decreto de la alcaldía del Ayuntamiento decidió el pase de todo el expediente a la sección de planeamiento de la Gerencia Municipal de Urbanismo, si bien la persona que habla dirigido en este organismo todos los trabajos de redacción de este precatálogo, Juan López Jaén, jefe de la Sección Histórico-Artística de Gerencia, conservaba sus atribuciones sobre el tema.

«El peligro real para el precatálogo está en que...

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Los trabajos sobre el llamado precatálogo municipal de edificios y conjuntos a conservar están absolutamente suspendidos desde el día 22 de diciembre de 1977, fecha en la que un decreto de la alcaldía del Ayuntamiento decidió el pase de todo el expediente a la sección de planeamiento de la Gerencia Municipal de Urbanismo, si bien la persona que habla dirigido en este organismo todos los trabajos de redacción de este precatálogo, Juan López Jaén, jefe de la Sección Histórico-Artística de Gerencia, conservaba sus atribuciones sobre el tema.

«El peligro real para el precatálogo está en que llegue el mes de noviembre y, con él, que entren en vigor de nuevo las licencias urbanísticas que afectan a los edificios incluidos en éste y que están oficialmente suspendidas desde que el pleno del Ayuntamiento aprobó inicialmente el precatálogo». Estas palabras fueron pronunciadas ayer por la mañana por el jefe del Servicio Histórico-Artístico de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Juan López Jaén, en el curso de una rueda de prensa que se celebró para clarificar este tema.Los medios con los que se contó fueron «una vulgar oficina municipal y un equipo preparado». Este equipo, compuesto por dos arquitectos, nueve aparejadores, tres delineantes y tres secretarías, recogió todo lo que había sobre el patrimonio artístico de Madrid y se dedicó a hablar con las personas que pudieran aportar algo al precatálogo y a recorrer las calles de la ciudad en busca de los edificios que mereciera la pena ser conservados. En esa búsqueda, contaron con la colaboración de gran número de personas que, de una forma desinteresada, aportaron ideas y situación de edificios. «Además, lo poco que trascendió al público en el momento en que estábamos redactando el catálogo, sirvió para que, quien se enterase del asunto, aportara toda clase de datos».

Los edificios catalogados se dividen en tres grandes clases: los que antes de empezarse la redacción del catálogo ya estaban incluidos en las ordenanzas municipales o estaban declarados como monumentos; los edificios de carácter singular que los técnicos de Gerencia encontraron en su investigación y los elementos arquitectónicos que tienen, en conjunto, un valor ambiental digno de ser conservado. A ello se añade una normativa que haga viable tal conservación.

Presiones

El señor López Jaén consideró como lógicas las presiones que pudieran producirse después de anunciarse la elaboración del precatálogo. «Es normal, dijo, que los detentadores de la propiedad urbana reclamen o pongan el grito en el cielo». Sin embargo, el jefe del servicio que redactó el precatálogo explicó que de los 130.000 edificios existentes, en el año 1970, en la ciudad, tan sólo alrededor de los 15.000 están incluidos en él.El reparto de estos edificios, según las tres categorías consideradas antes, se realiza de esta forma: 769 son edificios que ya estaban protegidos con anterioridad; seis mil edificios, repartidos en unas cien colonias, han sido los encontrados por los servicios de Gerencia y sus colaboradores ocasionales, y ocho mil han sido considerados como elementos ambientales que han de ser conservados.

Según el Boletín Oficial de la Provincia, que publicó el acuerdo del pleno del Ayuntamiento de aprobar inicialmente el precatálogo, a partir de la misma fecha -8 de noviembre de 1977- se suspendieron todas las licencias de los edificios afectados por el precatálogo.

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Pero el alcalde, Juan de Arespacochaga, en diferentes declaraciones, aseguró que el pleno del Ayuntamiento haya aprobado el catálogo no supone ninguna suspensión de licencias, sino que únicamente considera que el citado precatálogo es un elemento de trabajo para estudiar qué edificios de la ciudad han de ser conservados.

«El alcalde, dijo Juan López Jaén, está, sin duda, mal informado o mal asesorado. En todo caso, no está todo lo asesorado que debiera estar en esta materia.»

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